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Extraña desaparición de un niño de doce años en Carabanchel Bajo

Desde hace cuatro días falta de su casa el niño José Julio Tabares Hernández, de doce años de edad, desaparecido de su casa en circunstancias extrañas, que difícilmente configuran el suceso como una simple fuga del hogar.El niño vive en el 107 de la avenida de Nuestra Señora de Valvanera, en Carabanchel Bajo, en compañía de un hermano de cinco años y de sus padres, Jacinto y María Josefa. Según la versión facilitada por el cabeza de familia, José Julio salió de su casa el pasado lunes, a las 7.30 de la tarde, en dirección a una farmacia cercana, situada en la misma calle, a unos setenta metros de distancia.

Hizo la compra encomendada (un bote de leche) y salió del establecimiento. A partir de ese momento su rastro se pierde por completo,

Las únicas posibles pistas que pudo facilitar el empleado de la farmacia consisten en la presencia de un coche aparcado cerca, ocupado por cuatro jóvenes, y que le infundieron sospechas, aunque, mientras permaneció en su campo de visión, no vio ningún acercamiento hacia el muchacho.

Este de 1,45 metros de estatura, ojos azules y moreno, con flequillo- iba vestido con una camiseta verde, un chandal de dos piezas y un abrigo, todo ello del mismo color, y calzado con unas zapatillas de andar por casa. El único dinero que llevaba era el necesario para comprar el bote de leche, lo que efectivamente hizo. Se da el caso de que en la mesa del comedor de la vivienda, a la vista, se encontraba una cantidad de dinero de unas 10.000 pesetas. Una comprobación efectuada en la casa por sus padres revela que no falta dinero, ropa ni objetos personales.

Ni fuga ni secuestro

Por la vestimenta que llevaba en el momento de su desaparición y por la falta de dinero, parece poco probable que se trate de una fuga juvenil. Asimismo, y dado que el padre trabaja como auxiliar de mesa en la sala de bingo del hotel Capitol, y la madre, en una cafetería, tampoco es creíble en demasía la idea de un secuestro para exigir un rescate económico.Sus padres pensaron en un primer momento que se trataba de alguna travesura de niño, aunque: esa misma noche pusieron una denuncia en la comisaría de Carabanchel. La única circunstancia extraña percibida consiste en que desde el momento en que los padres avisaron al servicio de llamadas de Radio Nacional, y ésta comenzó a difundirlas, el teléfono de la casa suena con cierta frecuencia -unas diez o doce veces diarias-, y siempre que se descuelga se corta la comunicación, como si alguien llamara desde una cabina en la que no se ha puesto la moneda correspondiente.

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Los padres sospechan que su hijo pueda haberse ido con alguna pandilla juvenil, aunque sus amistades más frecuentes eran las del colegio o la de chicos de la vecindad. Hace unos cinco años que habitan en Carabanchel Bajo y no ha habido conflictos familiares de importancia, aparte de discusiones o broncas normales por malas notas o cosas similares. Tampoco se descarta una desaparición forzada, aunque entonces lo que no está claro son los motivos de la misma. La policía les informó el jueves que aún no habían averiguado nada.

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