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La apertura anual, floja

El balance de esta primera semana del año, en los tres mercados de valores nacionales, ha resultado francamente pobre.Y no tanto por los deméritos que se han producido en los cambios, sino por el ambiente de desinterés e inhibición, sobre todo por parte de los compradores, que se respiraba en los parquets de Madrid, Barcelona y Bilbao.

La sesión del miércoles, la primera de la década, estuvo marcada por el signo de los descuentos de los numerosos dividendos que a primeros de año fueron satisfechos. Estos afectaron fundamentalmente a los valores de los grupos bancario y eléctrico, si bien la forma en que fueron asimilados ofreció notables diferencias.

Los cambios de los bancos, siempre contando con la inapreciable ayuda de sus entidades emisoras, realizaban estos descuentos sin reflejarlos en sus precios, esto es, repitiendo cambio. Estas repeticiones realmente suponían un avance en el precio de las acciones equivalente al importe del dividendo satisfecho. As! fueron tratados en la Bolsa dé Madrid, donde la oferta fue cubierta en su totalidad. Sólo el Hispano, que ya había pagado su dividendo en diciembre, y el Popular, que lo hará a últimos de este mes, no tenían que descontar nada en sus cambios, por lo que sus repeticiones fueron reales y tomaron sólo el 50%. El ambiente para los valores de este grupo sufrió un continuo deterioro en las dos sesiones posteriores, que llevó al Bilbao y al Popular a ceder posiciones en el mercado madrileño en la sesión de cierre, mientras el resto repetía.

Las eléctricas encajaron de forma bien distinta los descuentos de sus dividendos. En este grupo, los importes pagados se restaban íntegros del precio de las acciones, e, incluso la presión vendedora les rebajaba algún cuartillo de más,

Así, sólo la escasez de órdenes de venta permitía que los buenos oficios de los operadores generasen algunas mejoras, apoyadas fundamentalmente en la citada asimilación de los dividendos por los bancos, con lo que, al fin del ciclo, el índice general quedaba veinticinco centésimas por encima.

Esta semana finalizaron los períodos ampliatorios de Unión Eléctrica, FENOSA y Vallehermoso. En los dos últimos casos, los cupones observaron comportamientos muy uniformes, con escasos márgenes de fluctuación en sus precios, que oscilaron entre una y dos pesetas en el caso de FENOSA, y entre trece y dieciséis en Vallehermoso. Los de Unión Eléctrica no mostraron una trayectoria tan monocorde y, arrancando desde 2,50, alcanzaron su máximo precio en torno a las doce pesetas, para cerrar a 4,50.

La Bolsa de Barcelona fue de los tres mercados nacionales, la que experimentó una evolución más desfavorable, reflejada en su índice, que se situó el viernes en poco más de 96 puntos. La menor contención en el precio de las acciones bancarias, y sobre todo el severo castigo a que se sometió a las eléctricas en la jornada inicial, fueron las claves de estos deméritos.

Bilbao, en cambio, ha sido la Bolsa que más alta cerraba, superando en dos puntos sus valores de 31 de diciembre.

Y, en general, muy poco más que comentar. Los cierres, muy flojos y desasistidos de órdenes de uno y otro signo, y lo que es peor, sin que, por el momento, se atisbe un cambio en la tendencia.

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