Cierre anual muy movido

La actividad en la última reunión del año resultó, en su primera mitad, febril, y muchos de los especuladores que habían realizado ventas de cupones de Hidrola en descubierto, apostando por un desplome radical de su precio, creían ser objeto de una inocentada del peor gusto, al ajustarse los primeros cambios en escala creciente, desde seis pesetas hasta alcanzar un cierre de 7,50 pesetas.Estos precios, los más elevados de todo el período ampliatorio, resultaban un tanto sorprendentes, y los especialistas volvían a señalar como causas determinantes la remisión de las instituciones en poner sus cupones a la venta y el ambiente bastante desfavorable que las desgravaciones fiscales y la ausencia de desembolso habrían creado entre los pequeños inversores. Los bancos, que presentaban situaciones más deshogadas en la relación oferta-demanda, mejoraban posiciones, en tanto que el resto, recurriendo al apoyo de las emisoras, repetía sus cambios anteriores, cubriendo en un 50% la oferta.

El comportamiento del resto del mercado resultó un día más prácticamente residual, y en aquellas sociedades donde la presión del papel no era excesiva, se producían los tradicionales reajustes al alza de fin de año.

Después de hora, la consistencia observada por los valores de los grupos eléctrico y bancario cedía un tanto, mientras el peso de las primeras materializaciones de beneficios comenzaba a dejarse sentir.