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REACCIONES A LOS SUCESOS DEL JUEVES

No sólo dispararon los policías del "jeep"

No está probado que las balas que mataron a los dos jóvenes, Emilio Martínez y José Luis Montañés, fueran disparadas por los seis policías que quedaron acorralados dentro del jeep, si bien estos hicieron, según propia confesión, al menos entre veinte y cuarenta tiros.

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Según testigos presenciales, otros policías realizaron también disparos y se vio a fuerzas antidisturbios lanzando botes de humo desde azoteas y balcones. La trayectoria de la bala de José Luis Montañés, en el cuello, es de arriba a abajo, dato este que aporta nueva luz a la investigación. Y la distancia entre el sitio donde fue acorralado el jeep, en la Ronda de Valencia, esquina a calle de Valencia (véase mapa adjunto), y el sitio de donde fueron recogidos los heridos, frente a la mitad de los números 6 y 8 de la Ronda de Valencia, entre las esquinas delimitadas por las calles Amparo y Mesón de Paredes, es de más de veinticinco metros, por lo que se han establecido dudas sobre la posibilidad de que sea otro el origen de los disparos. En cualquier caso tampoco resulta imposible que los disparos que causaron las muertes provinieran de la dotación del jeep, pero según fuentes solventes parece prematuro afirmarlo así. Las armas con las que dispararon el cabo y los cinco policías nacionales del jeep -una metralleta Z-70 y cinco armas reglamentarias- quedaron depositadas ante el juez de guardia, al igual que la bala que fue extraída del cuerpo de Emilio Martínez -la tenía alojada en el bazo-. Los exámenes de balística podrán determinar con qué arma se hizo el tiro que le causó la muerte.Dentro de las reconstrucciones de los hechos que ha podido hacer EL PAIS veinticuatro horas después de los sucesos -que amplía notablemente la publicada ayer- se ha podido sacar como las dos primeras conclusiones las siguientes: hubo una violenta agresión de un grupo de jóvenes (entre doscientos y cuatrocientos, aunque no todos participaran directamente), contra la manifestación y las Fuerzas del Orden que la protegían; por otra parte, un error táctico de la policía permitió, involuntariamente, que el land rover agredido se quedase aislado y rodeado de manifestantes.

El citado vehículo pertenece a la comisaría de Buenavista y, en el argot policial, se le denomina de segunda línea. Junto con otros tres coches -éstos DKW, de color crema- estaban de servicio en el momento en que se produjeron los hechos. En total, cerca de cuarenta policías.

Las tres furgonetas pudieron retirarse después de repelir por dos veces el ataque de los manifestantes con materiales antidisturbios. La decisión de retirarse, según parece, se produjo después de haber agotado una buena parte de dichos materiales antidisturbios. El land rover que intentó retirarse con los otros tres vehículos, sin llegar a conseguirlo, fue semirrodeado por los manifestantes, que llegaron a acercarse, según un testigo que participó en el apedreamiento, a diez metros. En ese momento, después de recibir serios destrozos el land rover, los policías decidieron abrir violentamente la puerta del vehículo y salir disparando.

La explicación dada por una primera autoridad policial es que el vehículo no pudo girar por culpa de las barricadas. Otra explicación es que quedó inservible. Esta última coincide más con la de testigos presenciales que aseguraron que, a pesar de estar ligeramente cruzado en la calzada, tenía posibilidad de maniobra.

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Parece ya completamente probado que los saltos de los estudiantes por diversos puntos de Madrid en la tarde del jueves, que culminaron en las inmediaciones de la glorieta de Embajadores, no tuvieron nada que ver con la manifestación autorizada de trabajadores que terminó también en esa glorieta a hora coincidente.

Los sucesos comenzaron en Moncloa

La cita para la manifestación de estudiantes -no autorizada- dada por la coordinadora de aquellos era para las 19.30 en la plaza de Moncloa. Según declaraciones de uno de los estudiantes, sólo algunas de las personas de dicha coordinadora conocían la lista de los saltos que pensaban dar esa tarde, en previsión de que la plaza de Moncloa estuviera tomada por la policía, como así resultó. El secreto, según el estudiante citado, era pararse la lista a la policía.

Sin embargo, debido a que la policía impidió la concentración y dispersó en numerosos pequeños grupos a los estudiantes, se perdió el contacto entre los miembros de la coordinadora y de éstos con el resto. A partir de ese momento -siempre según el estudiante citado, que igualmente prefirió guardar anonimato, aunque sus datos personales y DNI obran en poder del EL PAIS- se produjeron diversos saltos muy pequeños, con escasos incidentes y que apenas obligaron a intervenir a la policía.

Los estudiantes intentaron reagruparse en el cine Lope de Vega, cosa que no consiguieron, y se dieron cita en Atocha a las ocho de la tarde. Unos cientos de estudiantes lograron entrar en la calle del General Primo de Rivera y agruparse para dirigirse en manifestación hacia Embajadores.

Cuando lograron ganar el principio de la glorieta de Embajadores aparecieron las tres DKW de la policía y el land rover, que se apostaron frente a los número 2, 4 y 6 de la Ronda de Valencia, detrás de dos autobuses, uno de ellos de la línea 27 de la EMT y otro periférico. Los viajeros de ambos autobuses habían desalojado los mismos y sólo permanecían en su interior los empleados de las empresas.

Aunque en ese momento los acontecimientos se hacen algo más confusos, el testigo citado observó que los estudiantes insultaron a los policías, y al avanzar hacia los estudiantes, en ademán de carga, les hicieron retroceder hacia sus vehículos y protegerse tras los autobuses. La contestación policial fue inmediata y se produjo en forma de botes de humo (gran cantidad), que primero fueron lanzados en parábola y luego en trayectoria horizontal a la altura del pecho.

Los estudiantes lograron por segunda vez hacerles retroceder, dentro de una espectacular humareda y hacerse de nuevo fuertes al principio de la glorieta de Embajadores. Cercanas ya las nueve de la noche, los vehículos policiales decidieron emprender la retirada hacia la glorieta de Atocha, cosa que lograron sin demasiada dificultad. Todos los vehículos sufrieron desperfectos notables de carrocería y cristales.

El land rover hizo la misma maniobra, pero, por razones aún no explicadas, se quedó parado en la confluencia de la Ronda con la calle de Valencia, en dirección a la glorieta de Atocha. Los estudiantes, que habían logrado cruzar los dos autobuses en la calzada, lograron acercarse hasta casi diez metros del vehículo policial. La versión de un estudiante que apedreó al coche insiste en que fue una lluvia prolongada.

En un momento determinado, el coche se abrió violentamente y los policías comenzaron a disparar. El único que portaba metralleta disparó, no obstante, tiro a tiro. El testigo de EL PAIS afirmó que una de las balas disparadas desde el jeep o land rover le rozó en una pierna y, gracias a que llevaba un llavero con numerosas llaves la bala resbaló y fue a incrustarse en la pierna de un estudiante, del que solamente afirma conocer que estudia químicas.

Las declaraciones de los testigos no pudieron precisar en qué justo instante cayeron mortalmente heridos los jóvenes Emilio Martínez y José Luis Montañés. Sí se sabe, con toda seguridad, que fueron recogidos entre los números 6 y 8 de la calle Ronda de Valencia, entre los establecimientos Mesón La Coruña y bar Stop. Se sabe también que José Luis Montañés fue inicialmente introducido en un portal, por sus propios compañeros. Luego fue introducido en un 850, posteriormente cambiado a un 127 y finalmente llevado a la clínica en un taxi.

El otro joven muerto fue trasladado al hospital en un taxi. Presentaba heridas en el pecho, corazón y bazo y falleció en la mesa de operaciones.

Se sabe que se recogieron bastantes más casquillos de armas reglamentarias de la policía que las que dispararon los ocupantes del land rover, por lo que se supone que otros policías -algunos de los cuales parece que estaban apostados en azoteas y tejados- realizaron disparos de bala, al igual que botes de humo y pelotas de goma. Según todas las investigaciones, todos los disparos fueron hechos por miembros de la Policía Nacional.

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