_
_
_
_

Madrid tiene desde ayer 16.000 árboles más

Los 16.000 árboles que el Ayuntamiento de Madrid había reservado para el Día del Arbol, a celebrar ayer y hoy, fueron plantados junto a la M-30 en poco más de tres horas, ayer por la mañana. Unos 20.000 madrileños participaron voluntariamente en la operación, según cálculos de¡ primer teniente de alcalde, Ramón Tamames. Sumados a los 14.000 árboles que se han plantado esta semana en otras zonas de la ciudad, cabe decir que desde hoy cada cien madrileños tienen un árbol más.

El Día del Arbol 1979, que debería haberse desarrollado en dos jornadas, sábado y domingo, en turnos de mañana y tarde, cumplió sus objetivos en sólo tres horas. Desde las nueve de la mañana de aver, grupos de personas se concentraban en las raquetas de la M-30, dispuestos a plantar, en los hoyos abiertos días atrás por las máquinas, los 16.000 árboles que los servicios municipales habían puesto en ellos. Entre las doce y media y la una de la mañana, los partes de trabajo que llegaban al puesto de control, instalado en el cruce de la calle de O'Donnell con la M-30, hablaban ya de que había sido plantado entre el 90% y el 100% de los árboles que habían sido dispuestos.Sobre la una y media de la mañana, los distintos equipos que habían coordinado la operación se reunieron en el puesto de control para hacer un último balance. Este balance venía a resumirse en que habían sido plantados todos los árboles -16.000-, no se habían producido accidentes dignos de mención y todo había funcionado a la perfección.

Los ciudadanos más madrugadores llegaron a los sitios prefijados para la plantación sobre las nueve de la mañana. Autobuses de la Empresa Municipal de Tiransportes y del propio Ayuntamiento se encargaron de llevar a los madrileños que lo desearon hasta las distintas raquetas de la M-30. Estas raquetas habían sido distribuidas, sobre el papel, para ser forestadas por los habitantes de cada distrito afectado por la autopista. Pero se dio la circunstancia de que una de las parcelas en las que se esperaba una mayor participación -la de Vallecas- era una de las más pequeñas. Por eso, en el momento en que todos los árboles de ese distrito habían sido ya plantados, los vecinos de Vallecas fueron trasladados por los mismos autobuses municipales a otras zonas de la autopista para continuar el trabajo.

Es de destacar la masiva afluencia de habitantes de un distrito por el que no pasa la M-30, el de Latina, que, sin embargo, acudieron a la operación de forestación de la M-30 en gran número, ocupando para ello siete autobuses dispuestos por el Ayuntamiento, a los que se sumaron, en una larga caravana que atravesó Madrid, unos cincu.enta vehículos particulares. Julián Rebollo, el concejal de ese distrito, no se cansaba de repetir a quien se mostraba dispuesto a oírle lo maravillosos que eran sus gobernados. Otro concejal del mismo partido político comentaba en las cercanías: «Es que los concejales son como niños.»

La Cruz Roja Española montó un servicio de auxilio a lo largo de toda la M-30 realmente espectacular, en previsión de que pudiera producirse algún accidente, bien por atropello, bien por una indebida utilización de los azadones que habían sido dispuestos para la plantación. Sin embargo, su actuación se limitó a una cincuentena de casos, que, a la hora del balance final, fueron calificados por el coronel que mandaba las tropas de socorro como leves.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Una inversión rentable

Un jardinero municipal, que había estado a lo largo de la mañana atendiendo el desarrollo de la operación, comentó al final de la jornada que casi todos los árboles habían sido plantados correctamente y que esperaba que prendieran en un ciento por ciento. «Los defectos que haya son por los descuidos de los de siempre», dijo, al referirse a la falta de previsión de instalación de bocas de riego para darles agua a los árboles recién plantados.

Sin embargo, como a última hora de la mañana comenzó a llover sobre el puesto de control de la operación, el delegado municipal de Obras y Servicios Urbanos, Juan Claudio de Ramón, comentó: «Estaba todo tan bien organizado que estaba previsto hasta que se pusiera a llover ahora. »

El ingeniero jefe de jardinería del Ayuntamiento, José Luis Pita, calculó para EL PAIS el balance económico de la operación de ayer por la mañana: los árboles plantados han sido cedidos gratuitamente por los viveros municipales, de la Diputación Provincial y del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona). Los desembolsos más elevados que se han realizado han correspondido a la compra de los azadones para la plantación y a la realización de los agujeros donde deberían ser plantados los árboles. En total, por todos los conceptos, el Día del Arbol 1979 ha supuesto, en números redondos, una inversión de cinco millones de pesetas. Pero el propio señor Pita reconoció que el plantar 16.000 árboles, teniendo que pagar por cada concepto que supone la operación, ' habría equivalido a desembolsar del orden de los dieciséis millones de pesetas; es decir, a unas mil pesetas por árbol plantado. Incluso el señor Pita comentaba: «Aunque se llevaran la mitad de los azadones que hemos comprado para esta ocasión, seria rentable la inversión. »

Otro jardinero, con todo, no se mostraba tan satisfecho: «Sí, sí, mucha gente ha venido aquí y ahora dirá que ha plantado un árbol, pero para que agarre y crezca vamos a tener que arreglar la plantación de, por lo menos, la mitad. Y después seguro que no vienen ellos a cuidarlos. Los vamos a tener que regar nosotros y con muy pocos medios. »

Pero, dado que lo principal que se buscaba, después de la propia forestación de la M-30, era la participación popular, el éxito fue más que completo. Ramón Tamames, al término de la mañana, decía a los periodistas que habían acudido al puesto de control: «Por favor, decidle a la gente que no venga mañana a plantar árboles, que ya no nos quedan.»

Hoy, sin embargo, continúa, aunque sea bajo techo, el Día del Arbol: en el Palacio de los Deportes se celebrará, a las cinco de la tarde, un festival que dará por concluida la Semana del Arbol de este año. La iniciativa continuará el ya próximo 1980.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_