Informe oficial sobre delincuencia y seguridad en Barcelona
El gobernador civil y el jefe superior de Policía de Barcelona dieron a conocer un informe comparativo basado en las denuncias de los años 1976, 1977, 1978 y 1979 sobre la seguridad ciudadana en Barcelona. Según el informe, el número total de delitos ha aumentado (28.816 en 1976 y 30.569 en 1979, excluido el mes de diciembre) y también ha disminuido en valores absolutos, y, desde luego, en valores relativos, el número de delitos esclarecidos: 10.127 en 1976 y 9.524 en 1979. En cambio, con relación a 1978, los delitos disminuyeron en los once primeros meses de este año: 30.569, contra 40.136.
Incremento considerable del número de atracos
Por tipos de delitos se aprecia una fuerte disminución de robos de vehículos a motor (13.536 en 1978 y 8.631 en 1979) y una estabilización de los robos con violencia en las personas (3.965 en 1978. y 3.700 en 1979), un fuerte incremento de los atracos con arma blanca o de fuego (1.163 en 1979, contra 821 en 1978 y sólo 177 en 1976) y también un incremento en los robos de pisos.Curiosamente, en estos últimos ha habido una fuerte pérdida de eficacia en su esclarecimiento; en cambio ha aumentado el número de vehículos robados que han podido ser recuperados. En robos en establecimientos se dio una disminución con relación a todos los años anteriores.
En los delitos contra las personas (en su mayoría agresiones y riñas pero también homicidios) ha habido, entre 1976 y 1979, un descenso de casi el 50%. El porcentaje de casos esclarecidos se ha incrementado, pasando de un 46% en 1976 a un 59% en 1979.
Los delitos contra la honestidad han disminuido, siendo 189 en los once primeros meses de 1979, contra 314,en 1976. Las violaciones fueron 55 en 1976 y 71 en 1979, con un grado de esclarecimiento que oscila alrededor del 50%.
Los delitos contra la salud pública, básicamente los relacionados con las drogas, pasaron de 105 aprehensiones en 1976 a 220 en los once primeros meses de este año (inferiores a las 243 del pasado año). Estas cifras no son, desde luego, más que un lejano reflejo de incremento infinitamente superior del tráfico y consumo de drogas en Barcelona.
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