Se considera insuficiente la reforma propuesta
Ya hay agenda de trabajo para el debate sobre el proyecto de ley de reforma sanitaria presentado por el Gobierno de UCD. Con anterioridad a lo que puede considerarse un acercamiento de posturas, siempre y cuando el documento sea sustan tivamente mejorado, los partidos con representación parlamentaria habían manifestado su honda preocupación ante la baja calidad del proyecto.El Grupo parlamentario de la Minoría Catalana, por ejemplo preparó una dura crítica al proyecto de ley. Para este grupo, en realidad, no hay tal reforma, porque el documento del Gobierno «se reduce a exponer un proyecto de reforma de la asistencia médica en la Seguridad Social».
«No puede considerarse como propio de tina reforma sanitaria», se afirma, 9:un proyecto que no tiene en cuenta a la salud pública, ya que en el texto presentado por el Gobierno se establece que los servicios- de sanidad nacional quedan al margen de la reforma, y únicamente se consideran superficialmente aquellos cometidos que caen bajo la competencia de los médicos de familia. No se definen las competencias del Estado, de los entes autonómicos y de la Administración local en materia sanitaria. Tampoco se toma en consideración la existencia de un sector privado y (le instituciones benéficas ni de a.sistencia médico-farmacéutica (mutuas de seguros libres).»
Los portavoces del citado Grupo parlamentario de la Minoría Catalana opinan que no se hace mención de la necesaria vigilancia institucionalizada de la calidad de los servicios prestados, «lo que haría temer que se acepta como inevitable que la mala calidad de la asistencia pueda mantenerse en el futuro», ni tampoco se hace previsión alguna sobre el coste económico de la reforma sanitaria ni de los criterios que deberán seguirse para su implantación progresiva. «Debieran relacionarse», se asegura, «los costos de la totalidad de las actividades sanitarias con el PNB y con el de los demás servicios públicos. »
Se denuncia también que «no se precisa la forma como se estructurarán las actividades sanitarias distintas a la asistencia médica. El documento se limita a señalar su importancia, sin hacer ninguna propuesta de reordenación, reforma o sustitución de los sectores que actualmente las ejercen. En ningún punto del documento se cita la problemática de la salud dental, aspecto esencial que debe ser sometido a reforma».
El conjunto de observaciones presentado por la Minoría Catalana reviste de hecho el carácter de una enmienda a la totalidad no sólo por la crítica sistematizada a su contenido, sino también a los métodos puestos en práctica para articular la reforma. Tras considerar que «la reforma sanitaria debe ser elaborada con la participación de quienes deben aplicarla y de los sectores sociales afectados», y que «el proyecto de reforma sanitaria debe ser preparado por una comisión nacional ad hoc, constituida por representantes del Ministerio de Sanidad, del Ministerio de Educación, de la sanidad nacional, de los colegios profesionales de médicos, farmacéuticos y veterinarios, y de los partidos políticos con representación parlamentaria», se concluía, en la exposición de observaciones generales efectuada por el mencionado grupo parlamentario, que el actual proyecto es «inaceptable, por su olvido de la capacidad legislativa y de gestión de las entidades autonómicas; antidemocrático, porque se ha hecho sin contar con la participación de los representantes de los profesionales que deberán aplicarla, e incorrecto, porque carece de base científica, ya que es la consecuencia de un estudio sobre la demanda sanitaria actual y el estado de los recursos existentes».
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