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Miles de madrileños, en vela por un ovni

Los miles de madrileños que en la madrugada de ayer salieron de sus casas para protagonizar una escena similar a las que se pueden ver en la película Encuentros en la tercera fase respiraron tranquilos y volvieron a dormir cuando observaron que el ovni que se posó sobre la contaminada ciudad se despedía desde la vertical de Aravaca a la Ciudad universitaria y desaparecía definitivamente de la capital de España.

El ovni despertó a los madrileños antes de las dos de la madrugada. A esa hora el termómetro rozaba los cero grados, pero los intranquilos ciudadanos prefirieron desafiar la inclemencia y colocarse en la calle mirando al cielo para observar todos los destellos del objeto volador no identificado.Mientras tanto, en el Estado Mayor del Aire comenzaban a circular papeles para poner en marcha una investigación, que será secreta sobre este nuevo ovni.

Lo que no es materia reservada es lo que los miles de madrileños que vieron el ovni en distintas zonas de la capital aseguran haber visto. Para los que se congregaron en la confluencia de las calles María de Molina y Velázquez, los destellos del ovni «parecían provenir de elementos triangulares». El efecto, según uno de los testigos, que se ayudó con unos prismáticos para tener un encuentro más fiel con el objeto, «sería el mismo que produciría una vidriera redondeada y luminosa».

El fenómeno misterioso de la aparición de los ovni ya se repite demasiado como para coger desprevenidos a los espectadores de esta luz. Entre los madrileños que observaron el que apareció, en la madrugada de ayer en la capital había algunos preparados con cristales ahumados, que les ayudaron a elaborar diversas hipótesis: «A simple vista, el objeto parecía despedir llamaradas de cuando en cuando. Desde el nivel de la calle y desde un piso decimotercero, el tamaño aparente del objeto no variaba, lo que nos inclinó a pensar que estaría situado a varios miles de metros sobre la ciudad.»

Sobre los cambios de situación del ovni en el firmamento han sido recogidos varios testimonios. Distintas personas afirman que ocupaba un lugar fijo; otros creen que no apreciaron un objeto único, sino varios puntos luminosos, que eran visibles intermitentemente, circunstancia que algunos interpretaban como una comprobación de que se trataba de un solo objeto volador en movimiento. Sin embargo, en la descripción que un testigo hizo a EL PAIS se contiene la definición más precisa: «A veces se desplazaba irregularmente, según un movimiento vibratorio. Entonces describía lo que en los fenómenos tormentosos se conoce como culebrina. »

Por supuesto, las hipótesis han sido varias y conflictivas. La primera explicación científica ha sido la esperada: podría tratarse de un globo sonda, de los utilizados habitualmente en meteorología para valorar las condiciones atmosféricas. También surgió, entre las explicaciones, la posibilidad de que fuera el globo sonda lanzado para calibrar el grado de contaminación de Madrid. Los destellos del aparato serían, en cierto sentido, las respuestas asombradas del ingenio ante el altísimo nivel de contaminación que padece Madrid. Pero ambas hipótesis han sido desmentidas por el Instituto Nacional de Meteorología.

Los madrileños se mantuvieron en vilo durante algunas horas, porque desde Radio Madrid se siguió el fenómeno desde su inicio, tras la llamada telefónica de una radioyente, que al aparecer vio el ovni desde la zona de Cuatro Caminos antes de la medianoche. Desde entonces, un equipo de la citada emisora se situó en la azotea del edificio de la SER y retransmitió en directo las evoluciones de los destellos del ovni. Mientras tanto, los servicios de seguridad del Estado empezaron a interesarse por el fenómeno que se estaba produciendo en Madrid, y algunos de los servicios nocturnos que trabajan en baja frecuencia comprobaban una interrupción de sus comunicaciones entre la 1.00 y la 1.30 horas, aproximadamente. A partir de entonces fue cuando empezaron a concentrarse, en distintas esquinas de Madrid, personas de todas las edades, que volvieron desencantadas a sus camas cuando cesaron los destellos y los supuestos extraterrestres volvieron por donde habían venido, luminosamente.

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