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La contaminación puede alcanzar una situación de emergencia en primer grado

Limitar el uso de las calefacciones públicas y privadas a sólo diez horas diarias y actuar con contundencia sobre el tráfico en la zona céntrica son las dos medidas inmediatas que el Ayuntamiento ha propuesto al Gobierno Civil de Madrid para el caso probable de que en las próximas 48 horas el índice de contaminación sobrepase los límites conocidos como grado de emergencia número uno.

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Una legislación desfasada

Aunque, según el concejal de Saneamiento y Medio Ambiente, Manuel Mella (PSOE), hasta las siete de la tarde de ayer ninguna de las dieciséis estaciones de la Red Automática de Control y Seguimiento de la Contaminación registró en ningún momento niveles de alarma, la vida ciudadana madrileña se desarrolló bajo una espesa y sucia capa de humo negro que, incluso en el centro, impedía la visión perfecta de los grandes edificios a sólo trescientos metros de distancia.

Las condiciones climatológicas desfavorables fueron durante las dos últimas jornadas la pesadilla de las autoridades madrileñas que tienen responsabilidad y poder de decisión en materia de contaminación. Según los partes meteorológicos previstos para los próximos tres días, el anticiclón continuará siendo la tónica dominante, así como la inversión térmica, un fenómeno meteorológico curioso que supone que las capas de aire caliente se pegan a la superficie. O, dicho en términos técnicos, el techo de la capa de mezcla de aire se sitúa por debajo de los cien metros de altura, con lo que el índice de sedimentación de las partículas que producen fundamentalmente las emisiones de gases de los coches son perfectamente visibles para el ciudadano de a pie. Casi, casi palpables.

Así las cosas, solamente la lluvia -imprevisible en los próximos días- o una corriente de aire frío -también poco probable- podrían aliviar la situación.

Durante las últimas 36 horas tuvieron lugar en el Gobierno Civil de Madrid -organismo que tiene en su mano la ejecución de las medidas para combatir la contaminación, según estipula la ley- varias reuniones a las que asistieron técnicos de la Delegación Provincial del Medio Ambiente de la correspondiente delegación municipal. Según fuentes competentes, el gobernador civil de Madrid esperaba anoche la evolución de la climatología en las horas siguientes para dar la orden de inicio de las medidas. Se cree saber que en cuatro estaciones de control de la contaminación -Colón, Quevedo, plaza de Castilla y Fernández Ladreda- se rozaron anoche los límites de emergencia de primer grado. Esto es, seiscientos microgramos para las partículas en suspensión, y ochocientas para el S02 (anídrido sulfuroso), producido este último por los gases desprendidos por las calefacciones.

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A media mañana de ayer, el Ayuntamiento de Madrid hizo pública una nota oficial en la que se advertía de la posibilidad de que se tomasen las medidas de emergencia citadas al principio de esta información, a la que acompañaba un gráfico en el que se observaba perfectamente el desarrollo prácticamente vertical de las dos curvas de los principales contaminantes en las últimas 72 horas.

El contacto era anoche permanente entre todos los organismos interesados en el tema. Durante todo el día de ayer se lanzaron al menos siete globos sonda en distintos lugares de Madrid para medir la evolución de la contaminación. Aunque las autoridades decidieron ayer quitarle todo dramatismo al tema -«en la esperanza de que entre una corriente de aire frío que limpie las capas bajas de la atmósfera», según Manuel Mella-, se pudo constatar que el número de ingresos en las salas de urgencia de los hospitales fue bastante superior al normal.

Las autoridades insistieron en que el ciudadano no debe alarmarse, pero sí ser consciente de la situación, y pidieron al ciudadano madrileño la máxima colaboración, tanto en materia de calefacciones como en el uso del automóvil particular.

Junto a las calefacciones, la actuación sobre el tráfico en el centro consistiría en un severo control sobre los aparcamientos de superficie, las dobles filas y similares. Se prohibiría la circulación de los automóviles con motor diesel. Al mismo tiempo, como medida a medio plazo, se estudia la sustitución de los combustibles actuales de transportes públicos y de taxis por combustible GLE

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