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Arias-Salgado espera el Estatuto para febrero

«No cruces el puente hasta que llegues a él».» Con este refrán anglosajón, Fernando Arias-Salgado, director general de RTVE, dio a entender que seguirá en el cargo hasta el próximo mes de febrero, fecha en que considera entrará en pleno vigor el estatuto para la radio y la televisión. Febrero y la elección de los miembros del consejo de administración del ente público RTV son el puente que llevará a una televisión dotada de ordenamiento jurídico democrático.El director general de RTVE reunió ayer a un grupo de periodistas, para informar sobre algunos aspectos de su gestión al frente del organismo. «Desde un punto de vista personal, han sido dos años extraordinariamente duros y difíciles. Ha sido una etapa constituyente, y tanto la prensa como la audiencia nos han planteado unas exigencias muy fuertes. Todos sabemos, y no hay razón para ocultarlo, que la estructura y organización de la televisión son malas. Yo comparto algunas de las denuncias que se han hecho, si bien hay otros muchos problemas que no fueron denunciados. Hay fallos increibles. Los trabajadores y directivos, a veces, se desmoralizan, y la verdad es que no se pueden pedir milagros. No he visto ningún país donde se siga a la televisión con tanta exigencia. A mí se me encomendó una misión y está a punto de cumplirse: dotar a la televisión de un marco jurídico y de unos medios económicos-financieros con los que pueda hacer frente a sus necesidades. El cielo legislativo se cierra hoy o mañana con la aprobación del estatuto en el Senado. Efectivamente, queda una tercera tarea pendiente y que será fruto de ese estatuto: dotar a la radiotelevisión de una estructura interna y de una organización para que pueda cumplir con su misión lo más cómodamente posible..»

Fernando Arias-Salgado calificó su mandato como una etapa de «interinidad y transitoriedad» y a la pregunta de cómo enjuicia la labor de su equipo directivo contestó: «Cuando yo llegué decidí trabajar con los profesionales que allí había. Creo que todo el mundo ha hecho lo mejor posible, aunque haya habido problemas, tensiones y contradicciones. Fue una operación de reforma y cambio sustancial. Se trataba de jugar con una! reglas democráticas y pluralismo. En el futuro serán las instituciones que prevé el estatuto y la propia audiencia quienes juzguen la bondad o no de la gestión y del trabajo de los profesionales. Una importante aportación para el funcionamiento de RTVE es precisamente la dinámica de control a posteriori de la organización interna que se prevé en el estatuto. Durante estos dos años hemos funcionado con los medios y límites de que disponiamos.»

El director general valoró positivamente el modelo de televisión pública de titularidad estatal que establece el estatuto y que la configura dentro del más amplio pluralismo de acuerdo con la Constitución. Se refirió al gran avance que supone la concesión de televisiones propias a las autonomías y puso énfasis en que ello fue posible gracias a los pactos entre los distintos partidos políticos. A preguntas de los periodistas entró en la polémica sobre las televisiones privadas y manifestó que «el objetivo prioritario es consolidar la televisión pública. El resto depende de la interpretación que se haga de la Constitución. El Gobierno o el Tribunal Constitucional determinarán la forma de aestión, directa o a través de concesiones, como es el caso de las autonomías, que podrán o no extenderse a entidades privadas, pero siempre de acuerdo con determinados límites, condiciones y controles».

Por lo que se refiere a la dotación de medios económicos, el señor Arias-Salgado manifestó que Radiotelevisión Española dispondrá muy probablemente de un presupuesto próximo a los 30.000 millones de pesetas para el año 1980 y que garantizará un «funcionamiento desahogado y tranquilo». Ocho mil millones.son subvenciones del Estado y de ellos 6.000 serán destinados a los gastos generales, cifra que equivale por sí sola al presupuesto de Radio Nacional, que no tiene otras fuentes de financiación. Los aproximadamente 21.000 millones restantes corresponden a recursos propios de Televisión Española. Los ingresos por publicidad -unos 20.000 millones de pesetas- se congelarán para 1980, reduciendo el tiempo de los anuncios e incrementando sus precios. «Resulta entonces», dijo el director general, «que Televisión Española puede autofinanciarse, que Radio Nacional de España cuesta 6.000 millones de pesetas y que parte de la publicidad de Televisión Española que se emitía a las horas más «económicas» de ambas cadenas irá a otros medios informátivos». Manifestó también que están previstos para 1980 unos ingresos de 3.600 millones de pesetas en concepto de canon, pero que su implantación y forma de exacción tendrán que ser decididas por el consejo de administración, bien recargando con un impuesto la compra del receptor, bien recaudándolo anualmente por uso y tenencia del misrao, fórmula esta más compleja y difícil de llevar a la práctica. En cuanto al presupuesto extraordinario para el Mundial-82, que ha sido rebajado considerablemente, el señor Arias-Salgado dijo que tendrá que aplicarse una política económica más austera y ampliar el plazo de tiempo de los objetivos a conseguir, sobre todo en cuanto a cobertura de las dos cadenas y renovación de su infraestructura técnica, aunque», añadió, «TVE vive en estado de emergencia técnica y obsolescencia debido a la falta de un plan de inversiones durante los años anteriores. Es absurdo que la televisión pueda verse, por ejemplo, en Pakistán y no en Sorla con ocasión del Mundial. La torre del paseo de La Habana, otro ejemplo, puede caerse, según los técnicos, en cualquier momento. »

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