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Aprobado el Estatuto de Autonomía para Galicia

UCD será responsable de la radicalización política de Galicia

«Gracias a UCD, tenemos un Estatuto que discrimina al pueblo gallego, que nos ultraja y que es competencia exclusiva del partido del Gobierno». Con estas palabras, pronunciadas por el presidente del PSOE de Galicia, Francisco González Amadiós, al llegar de Madrid al aeropuerto central gallego, los socialistas parecen haber iniciado una campaña autonomista de nuevo sesgo que podría conducir próximamente a la decisión de votar no en el referéndum estatutario gallego.

«Tenemos que pensar con calma lo que hay que hacer», añadió el diputado, «pero no podíamos esperar que otros hombres que se llaman gallegos y se dicen defender a Galicia hayan abocado a nuestra tierra a esto. Está ya claro que no hay UCD gallega y sí UCD de Madrid, y que no hay nadie en el partido del Gobierno que pueda ser capaz de defender a Galicia. Hay sólo una UCD que piensa en sus intereses. » Llegado a este punto de la declaración socialista, el senador Celso Montero interrumpiría a González Amadiós para puntualizar que «yo me fijaría sólo en un hombre de UCD, Juan Quintás, que ha sido capaz de abandonar ayer la comisión para no votar el Estatuto ». Los diputados y senadores socialistas gallegos decidieron presentarse ayer precipitadamente en Galicia, a pesar de las sesiones del Pleno del Congreso, para poder participar en las movilizaciones que han sido iniciadas a favor de «la dignidad más elemental de los gallegos». Cansados, después de dos días sin dormir en Madrid, dirigieron muchas y graves acusaciones a los ucedistas, responsabilizándolos de la radicalización política que, según ellos, va a operarse en Galicia. «No es cuestión de metralletas», declaró su presidente, «pero el pueblo gallego tiene que tomar conciencia sobre quiénes son los que pueden defenderlo y quiénes los que sólo invocan sus derechos cuando llegan las confrontaciones electorales. »

Para el diputado Francisco Vázquez, lo que sucede ahora es una cuestión de Estado. «Esto es algo», dijo, «que excede a la pura dinámica gallega. Es una voluntad decidida por UCD de frenar los procesos autonómicos a nivel de todo el Estado. Se ha consagrado un trato discriminatorio para Galicia no ya en el aspecto técnico o jurídico, sino desde el punto de vista claramente político. UCD ha establecido un agravio comparativo al recortar toda posibilidad de competencias propias para Galicia. El asunto no se reduce solamente al célebre artículo 32,4, sino que, desde que comenzó la sesión, UCD no ha aceptado ningún tipo de enmiendas, ha mantenido una postura regresiva e incluso paradójica con respecto a asuntos que la preautonomía gallega ya tenía. »

La tónica general de las declaraciones socialistas es que «todo lo que ha pasado es vergonzante». Anxel Guerreiro, del Partido Comunista Galego, que les acompañaba desde Madrid, se sumó a las críticas diciendo que «todo ha ido sucediendo, en las últimas horas de la negociación, de forma intolerable y con resultados que representaron una serie de ultrajes inmerecidos a los gallegos».

Después de constatar que ningún grupo que no sea UCD votó el Estatuto, los socialistas dirigieron también algunas críticas amargas al PNV y a la Minoría Catalana.

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