Bandrés: "Meliá ignora las leyes procesales, porque el juez actúa de oficio"

«El señor Meliá ignora las leyes procesales si dice que no hay denuncia: no es preciso querellarse, porque el juez debe actuar de oficio cuando se presume la existencia de delito», manifestó ayer el diputado de Euskadiko Ezkerra (EE) Juan María Bandrés, durante la conferencia de prensa celebrada en Madrid sobre el caso de presuntas torturas de la Guardia Civil a Mikel Amilibia. Ante la prensa compareció también éste, para dar cuenta de lo ocurrido, y el teniente de alcalde de San Sebastián, José María García Amiano, de EE.

El señor Bandrés advirtió que con esta conferencia su partido da por terminada la polémica y que en adelante centrará el caso en las acciones judiciales y una posible petición en las Cortes de que se forme una comisión parlamentaria de investigación. No obstante, García Amiano dijo que en Guipúzcoa están en marcha varias iniciativas de movilización contra las torturas.Explicando la situación judicial del caso, Bandrés afirmó que cuando Amilibia llegó al juzgado directamente entregado por la policía, el forense reconoció sus lesiones, sin entrar en el posible origen, según es práctica normal. El informe del forense debe estar unido a las actuaciones del juez, que las remitiría al juzgado central de lo penal, de la Audiencia Nacional, el cual debe pasar el caso al juzgado de San Sebastián, que es el indicado para entender el caso.

Por su parte, Mikel Amilibia relató que desde su detención hasta el momento en que fue entregado al juez no estuvo solo más que en la celda, y aun en ésta cuando pedía un cigarrillo no estaba normalmente solo. «De cualquier forma, no soy masoquista, no me he quemado con un cigarrillo.»

Respecto a los interrogatorios dijo que durante ellos se le obligó a hacer flexiones de rodillas hasta que no aguantaba más, momento en que le tiraron de los pelos para que siguiese. «Después trajeron un cable con un enchufe o algo así en su extremo y me pusieron una bolsa en la cabeza. Al principio sentí descargas eléctricas y luego nada.

Hay cosas que no recuerdo. Creo que perdí el conocimiento.» Según su relato, quienes le interrogaban -tres o cuatro personas, de paisano- le preguntaron qué cargo tenía en la organización y le atribuían la fabricación de unos documentos falsos, a lo que el detenido contestó no saber nada. Al parecer, la detención se debió a que sus rasgos físicos coincidían con una descripción dada por un detenido presunto miembro de ETA (p-m).

"Campaña de popularidad"

El diputado Bandrés negó rotundamente que sus denuncias respondan a ningún deseo de protagonismo político. «Sé que se dice que estoy haciendo esto para buscar popularidad, pero lo cierto es que no he hecho más que cumplir con mi deber al conocer los hechos.» Por su parte, el teniente de alcalde de EE afirmó: «No somos nosotros, sino el Gobierno, con su torpeza, el que está politizando el tema.»Para explicar su afirmación, Bandrés recordó cómo el propio ministro del Interior le pidió toda clase de datos sobre el caso cuando el diputado, avisado del mismo, lo puso en su conocimiento, mandándole un telegrama y dos fotografías. A las dos horas de recibir el cable, Ibáñez Freire le citó para el día siguiente y entonces le prometió que actuaría con la máxima energía, porque no podía consentir que se utilizasen los métodos que revelaban las fotografías, que le sublevaban y le indignaban.

«Pues bien, recogí datos y se los mandé con una carta, y sólo cuando pasaron dos días sin recibir respuesta me decidí a dar publicidad a la carta. Hace dos días recibí un escrito del ministro, donde se me decía que, hechas las investigaciones pertinentes conforme a los reglamentos de la policía y de la Guardia Civil, se ha demostrado la falsedad de las denuncias, por lo que se daba cuenta al fiscal del Estado para la eventual condena de sus «autores y responsables». El diputado manifestó su firme decisión de no quitar ni una coma de la carta abierta al secretario de Estado para la Información, publicada en EL PAIS el 6 de noviembre, donde sostenía estos extremos.