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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El Estatuto gallego

El Estatuto gallego ha sufrido un duro golpe que, por esperado, no resulta menos doloroso. Se decía que el proyecto en cuestión se iba a mejorar en Madrid y que su techo sería paritario con los de Guernica y Sau. Después de unas sesiones intrascendentes, en donde se avanzaba en lo accesorio, se dejó para el último día la discusión del punto más importante del mismo: la cuestión de las competencias. Lo lógico, razonable y normal sería que las competencias quedaran perfectamente delimitadas y reflejadas en el texto, al igual que en los estatutos vasco y catalán. Pues no ha sido así. Se ha añadido un epígrafe (el 4.º) al artículo 32 del texto. que remite el contenido de las competencias a lo que regule en su día una ley ordinaria pasada por las Cortes. Es decir, que estamos a partir de cero. Tendremos las competencias que en su día quiera a bien fijarnos o darnos graciosamente el Gobierno. ¿Y este es el Estatuto que el pueblo gallego esperaba? ¿Adónde han ido a parar nuestras reivindicaciones históricas?Ya que el partido del Gobierno, que es el mayoritario, nos ha impuesto este «pastel», no nos queda otra salida más que protestar ante Madrid por esta afrenta. Porque este pastel no estamos dispuestos a tragárnoslo, y queremos, en el reparto, una tarta de la misma calidad y proporciones que la catalana y vasca. Y si apelando a todos los recursos legales a nuestro alcance no se nos da un Estatuto igualitario al vasco y al catalán, entonces habrá que pensar en la discriminación deliberada que se nos hace y tendremos que decir tristemente, parodiando a Fraga -nuestro paisano-, que este frágil Gobierno no se aviene a razones, sino que se deja impresionar y coaccionar por medidas de fuerza.

Si alguien escribió de Suárez diciendo que era un chusquero de la política, los gallegos no le aceptamos mendrugos de limosna. Exigimos y reivindicamos, por derecho propio, un Estatuto con todas las de la ley, sin recortes ni condicionamientos.

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