Estados Unidos descarta una intervención militar
El presidente Jimmy Carter se reunió ayer con sus consejeros de política exterior para discutir la situación creada por la ocupación de la embajada norteamericana en Teherán, pero un portavoz oficial descartó rotundamente que el Gobierno esté estudiando una posible acción militar.La dimisión del Gobierno del primer ministro Mehdi Bazargan ha complicado notablemente las cosas para Washington, porque no existe ya un «interlocutor válido» con quien negociar la puesta en libertad de los rehenes capturados por estudiantes iraníes, seguidores del ayatollah Jomeini.
Las negociaciones en curso han quedado congeladas hasta que se clarifique la situación política iraní, pero el respaldo dado a la acción de los estudiantes por el líder religioso musulmán deja pocas esperanzas de que una solución esté próxima.
El Gobierno Carter ha dejado claro que no piensa devolver al sha de Irán, como pretenden los asaltantes de la embajada norteamericana en Teherán, aunque desde un principio viene diciendo que, una vez terminado su tratamiento médico, el antiguo soberano iraní deberá abandonar Estados Unidos.
Un parte médico difundido ayer en el New York City Hospital-Cornell Medical Center, donde está internado el sha, indicaba que es posible que sea necesaria una nueva operación, porque se ha detectado otra piedra en el conducto biliar. Además, Mohamed Reza Pahlevi tiene un tumor en el cuello que necesitará tratamiento con radioterapia, lo que alargará su estancia en el centro médico por varias semanas. El sha está recuperándose de una operación en la que se le extirpó la vesícula biliar y recibe quimioterapia para tratar un linfoma o cáncer del sistema linfático.
En algunos círculos de Washington se comentaba ayer que una posible solución sería que el antiguo monarca iraní abandonase de forma voluntaria el territorio norteamericano. Ello parece bastante improbable, de acuerdo con el parte médico.
Si la situación continúa igual en los próximos días, en Washington se espera que los partidarios de Jomeini obliguen a la imposición de un embargo petrolífero contra Estados Unidos. En la actualidad, Norteamérica importa unos 700.000 barriles de Irán cada día, aunque sólo la mitad de esta cifra de forma directa. Ello supone entre un 8% y un 10% de las importaciones de crudos en Norteamérica.
La Administración Carter se debatía ayer en una situación muy difícil y en un ambiente tenso y crítico. Algunos medios informativos piden abiertamente la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas con Irán, y no falta quien clama por una intervención militar.
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