La huelga de repartidores de butano se extiende a la periferia urbana

La huelga de repartidores de Butano continuó ayer en Madrid e incluso se amplió a las localidades de Alcobendas, Torrejón, Móstoles, Getafe, Alcorcán y Arganda del Rey, propagada además por dos atracos, sin consecuencias personales, que sufrieron, en las últimas horas, otros tantos repartidores en Coslada. Entre hoy y mañana se celebrarán asambleas de los repartidores de Barcelona, Santander, Valencia y Bilbao, que parecen decididos a sumarse a la huelga en apoyo de las peticiones de sus compañeros madrileños.Las negociaciones entre las diferentes partes no han tenido por ahora resultados concretos. Ayer, uno de los directivos de Butano, el señor Micheleta, propuso que los bonos se vendieran en las cajas de ahorro y en las sucursales de un banco, lo que fue rechazado rotundamente por los repartidores. En otra reunión, mantenida con los empresarios distribuidores, agrupados recientemente en la CEPYME, sólo se llegó a un acuerdo de principio. Este consiste en gestionar una entrevista con Abril Martorell, directivos de Butano y de las entidades bancarias. Si estas últimas se comprometieran por escrito a facilitar los bonos (todas ellas), los repartidores volverían al trabajo, aunque la puesta en práctica del sistema se atrasara unos días. Mientras tanto, la huelga continuará.

Los distribuidores, a su vez, han redactado un comunicado oficial en el que se muestran más optimistas. Según el mismo, las gestiones estarían prácticamente terminadas. Acusan a la CSUT, central mayoritaria en el gremio, de utilizar la violencia para impedir la viabilidad de cualquier otra alternativa que no sea la propugnada por ellos, y les hace un llamamiento a la cordura.

En respuesta, Manuel Fernández, de la CSUT, acusa a aquéllos de haber obligado a trabaja a cinco repartidores de Madrid bajo coacción. Asimismo, denuncia el oportunismo de los distribuidores, «que nunca han colaborado en la consecución del sistema de bonos y ahora pretenden arrogarse un protagonismo de última hora». Ambas partes coinciden en pedir a los madrileños disculpas por la paralización del servicio. Los repartidores añaden que, en todo caso, los vecinos deben entender que se trata de un mal menor, pero que no pueden renunciar a la implantación del sistema de bonos.

Por otra parte, los repartidores insisten en que su reivindicación nada tiene que ver con un posible encarecimiento de la bombona de butano en siete pesetas, por la tramitación bancaria del bono, tema este al que se siguen oponiendo. En cualquier caso, los dos atracos registrados en las últimas horas han subrayado la necesidad de aplicar cuanto antes este sistema de bonos para evitar que cada repartidor se convierta en blanco de posibles atracadores.