China tendrá escasas garantías de éxito en Moscú
China Popular participará en los próximos Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, con unos trescientos deportistas y en catorce disciplinas, entre las que se incluirán el atletismo y la natación, los dos deportes básicos. Antes, en los Juegos de Invierno de Lake Placid (Estados Unidos), durante el mes de febrero, lo hará en patinaje artístico sobre hielo. Así lo anunció en Nagoya el secretario general del Comité Olímpico Chino, según información de Efe. Una vez readmitida China en el movimiento olímpico, su participación en Moscú se considera una osadía, pues, salvo individualidades y sorpresas, sus posibilidades de brillar serán escasas.
El país con mayor número de habitantes del mundo, más de novecientos millones, mientras la URSS y Estados Unidos apenas llegan a los trescientos, por detrás de la India, que alcanza los setecientos, ha querido volver al olimpismo sin más dilaciones. Aunque se esperaba su entrada en el COI acordada en su 81ª asamblea plenaria, a principios de año, en Montevideo (Uruguay), y confirmada estos días en la reunión del comité ejecutivo en Nagoya (Japón), no parecía tan clara su participación en los inmediatos Juegos Olímpicos de Moscú. Su aislamiento del concierto deportivo internacional, del que se retiró en 1958 por su incompatibilidad con Taiwan, le ha supuesto un retraso en la mayoría de las disciplinas, que aún no ha superado para estar en el nivel que le debe corresponder. Participó por última vez en los Juegos Olímpicos, de Helsinki, en 1952, y, curiosamente, no ha querido «pasar» del reto que le supondrá volver en los juegos de la XXII Olimpiada, que organiza la Unión Soviética.China brilla con fuerza en la actualidad sólo en tres deportes: el tenis de mesa, ya tradicional, pero no olímpico, donde ha acumulado gran cantidad de récords mundiales desde 1959; voleibol, con plaza entre los cinco primeros en el concierto mundial, y la gimnasia, en la que tanto hombres como mujeres no pueden inquietar aún a soviéticos, japoneses, rumanas y también soviéticas, pero no quedan excesivamente desplazados. Su gran novedad es la enorme juventud, no ya en el lado femenino, sino en el masculino donde Yang Yue-sahn, con catorce años, 1,40 metros de estatura y cuarenta kilos de peso, es un gimnasta de nivel mundial, especialmente en los ejercicios de suelo, caballo de arcos y barra fija. El mismo se reprocha haber comenzado tarde a entrenarse..., a los nueve años.
En los IV Juegos Deportivos nacionales chinos, celebrados recientemente, se confirmó el buen nivel de los deportistas asiáticos en algunas modalidades, pero a título únicamente individual. Incluso en tiro y halterofilia se batieron cinco y tres récords mundiales junior, respectivamente. En los deportes básicos, atletismo y natación, no se conocen superaciones, aunque, si han existido, las marcas continúan sin tener relevancia mundial. En este momento los atletas chinos sólo estarían clasificados para Moscú por sus marcas mínimas.
China es quizá, en dos deportes tan importantes como el fútbol y el baloncesto, donde nota más la falta de contactos internacionales durante tantos años. Concretamente en fútbol acaba de ser admitida por la FIFA, y precisamente la fórmula de Joâo Havelange ha sido la seguida después por el COI para permitir la coexistencia en los dos organismos de China Popular y Taiwan. Esta ya no utilizará el nombre de China, sino que añadirá el de la isla y cambiará su himno y su bandera. La China Popular ha impuesto ya su ley, pero el problema estará en sus propias carencias, que le sitúan aún, por los resultados, en un fútbol tercermundista. En cuanto al baloncesto, le ocurre más o menos lo mismo, con mejor nivel, y tras haber «encontrado» sorprendentemente a Mu Tiehchu, el baloncestista más alto de todos los tiempos, con 2,38 metros, en un país donde la talla media es de 1,58. De todas formas, aun con su concurso, Japón la ha podido vencer nuevamente. La cota china no pasa por ahora de intentar derrocar en todos los deportes al país nipón, rey asiático desde su ausencia, y que aún reina desde su vuelta casi subrepticia a los Juegos Asiáticos de 1974 en Teherán.
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