El metal de Madrid, al borde de la descapitalización total

La Asociación de Empresarios del Comercio e Industria del Metal de Madrid (AECIM) adelantó ayer, en el transcurso de la asamblea general ordinaria, que las empresas del sector están al borde de una descapitalización casi total. Las causas aducidas fueron, en general, la disminución alarmante de ventas, el aumento constante de la presión fiscal, el elevado precio de las materias primas, la falta de competitividad en los mercados extranjeros y la paralización o no realización de grandes obras públicas.

Según datos de AECIM, la disminución de la cartera de pedidos en el pasado mes de agosto alcanzó el 57%, el volumen de ventas ha decrecido en un 38% y los stocks han aumentado en un 26% más de lo normal.Para la asociación, otras causas que están llevando al desmantelamiento de muchas instalaciones son la obsolescencia de los equipos productivos, los elevados incrementos salariales Y pagos a la Seguridad Social, la indisciplina laboral, el absentismo laboral, la infrautilización en un 25% de la capacidad productiva total y la política restrictiva monetaria, que dificulta la obtención de créditos a largo plazo y bajos intereses.

En los ocho primeros meses del presente año, la asociación estima que el número de expedientes de crisis aceptados por la Delegación Provincial de Trabajo asciende a 250. Sólo en el subsector de servicios de instalaciones han suspendido pagos en los últimos seis meses veinte empresas de tipo medio, una de ellas ha presentado quiebra voluntaria y cuatro de ellas han cerrado. Las plantillas de esas empresas ascienden a 6.000 trabajadores, aproximadamente.

Los problemas que atraviesa cada subsector, dentro del contexto de crisis económica generalizada, tienen peculiaridades para cada caso. En opinión de la AECIM, las empresas de servicios de instalaciones de saneamientos, calefacción, aire acondicionado, etcétera, padecen de forma inmediata la crisis del sector de la construcción y sufren, además, la competencia desleal derivada de la utilización de los servicios de trabajadores acogidos al seguro de desempleo, que se contratan de forma ilegal.

Las empresas integradas en el gremio de joyeros y plateros padecen una creciente falta de seguridad. Las pérdidas producidas por atraco se estiman, para lo que va de año, en ochocientos millones de pesetas. Las medidas cautelares que se deben adoptar, de no exhibir los objetos de su comercio y mantener cerradas las puertas de los establecimientos, facilitan, en opinión de la AECIM, una alarmante disminución de las ventas.

Para las empresas dedicadas a la fabricación de herramientas de corte, los problemas se derivan del aumento de precio -casi duplicado en los dos últimos años- de las materias primas.

En las empresas de fabricación de bienes de equipo y reparación de maquinaria pesada, son dos los aspectos que inciden en la recesión que sufren. Por un lado, la crisis en el sector de la construcción, que ha disminuido el grado de utilización de la capacidad productiva de estas empresas a la mitad. En segundo lugar, la ralentización o no realización de grandes obras públicas, que ha paralizado todo el equipo mecánico.

Las empresas de fundición sufren las consecuencias de las anteriores, de las cuales dependen en gran medida. La producción de maquinaria pesada de construcción y obras públicas y de vehículos pesados de automoción ha experimentado en los dos últimos años una importante reducción.

Medidas urgentes

En el transcurso de la asamblea, que presidió Rafael Ortiz, presidente de la Asociación, y a la que asistió José Antonio Segurado, presidente de CEIM -Confederación Empresarial Independiente de Madrid-, se acordó, por unanimidad, presentar a la Administración una serie de medidas urgentes para solucionar, «al menos en parte», los problemas de las citadas empresas.La ACEIM insistió en la necesidad de flexibilizar las plantillas y restablecer la «imprescindible» autoridad en las empresas. En términos financieros, se señaló la necesidad de disponer de un dinero barato, mediante la concesión de créditos a medio y largo plazo y a interés moderado, y de fijar una política fiscal que estimule y favorezca la inversión. Se trató la concesión de créditos de prefinanciación a la exportación para partidas inferiores a la veintena de millones, a partir del millón de pesetas, y la apertura de nuevos mercados exteriores.