Los comerciantes piden que se reestructure el sector
La Asociación Profesional de Industriales y Comerciantes del suroeste de Madrid ha elaborado un estudio en el que se recoge el deseo de los comerciantes de que se aborde una reestructuración en profundidad del sector, al tiempo que critica a los distintos organismos de la Administración, tanto municipal como central.
El informe analiza las circunstancias por las que el pequeño comerciante, debido al aislamiento y a la ignorancia de otros sistemas de venta, se ha visto hoy superado por los grandes almacenes y centros comerciales.Para hacer frente a este nuevo sistema de mercado «que ha logrado crear una preferencia en el consumidor», la asociación pide que «la Administración acometa una reestructuración del sector en profundidad y con decisión, en la que se dé participación al sector del pequeño y mediano comercio». Asimismo, el papel de la Administración, a la hora de acometer el cambio, sería el de buscar vías jurídicas para evitar los obstáculos que pueda poner «una minoría y orientar a los pequeños y medianos comerciantes a buscar unos canales de distribución fuertes, claros y competitivos».
Una parte del informe está dedicada a la postura municipal ante las peticiones de los comerciantes madrileños. Tras informar de las gestiones que realizaron infructuosamente con el anterior alcalde, José Luis Alvarez, para el cambio de los reglamentos, señalan que «el sector esperó con optimismo las elecciones locales, ya que todos los partidos hablaban de revisión de reglamentos, participación y planificación urbanístico-comercial de los barrios».
Sin embargo, la política municipal seguida hasta ahora ha defraudado, según el informe a los comerciantes, «ya que no hay nada de lo prometido.
Según los comerciantes, los mercadillos de vendedores ambulantes harían cerrar muchos establecimientos, y el resto tendría que aumentar el tanto por ciento comercial para vivir, «lo que sería aprovechado por los grandes almacenes». A esto se une que los mercadillos, según la asociación, serán «una válvula de escape para la venta de mercancías robadas».
Como soluciones y alternativas, la asociación del suroeste de Madrid pide un censo nacional de vendedores ambulantes, la elaboración de una tabla de porcentajes por superficie del comercio para la aplicación de impuestos, la suspensión de licencias «hasta que no haya un censo de las actuales», y la transformación de los mercados de abastos en centro de la misma superficie -de 5.000 a 15.000 metros cuadrados-, con servicios de guardería y juegos recreativos.
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