El presupuesto anual de un cazador medio, 100.000 pesetas

La caza es un deporte caro. Pese a todo, es el que más practicantes arrastra. De ahí que todos los años se muevan 27.000 millones de pesetas a causa del ejercicio cinegético. Quien quiera iniciarse en la caza para practicarla decorosamente -matar cinco perdices por jornada- precisará un desembolso aproximado de 100.000 pesetas.Hay quien a través de la caza se gasta millones en una sola temporada. Escopetas de lujo, munición de la más alta calidad, completísima vestimenta y cacería donde matar un ciervo, puede suponer hasta 100.000 pesetas. El mantenimiento de un coto rico en perdices, y desplazamientos sin mirar gastos, son capítulos que pueden convertir la caza en privilegio de archimillonarios. Hay otra caza, la pobre, la que apenas supone imposiciones económicas porque no se tiene donde pegar un tiro, la que se practica en las zonas libres y solamente los primeros días de la apertura de veda, porque después ya no quedan piezas. Entre las dos está la caza de tipo medio, la que practican la mayoría del millón de españoles que están en posesión de licencia; son los que tienen un coto modesto donde satisfacer su afición, aunque sea a costa de 100.000 pesetas al año.

Esa caza media supone comprar una escopeta de 25.000 pesetas, trescientos cartuchos por un total de 4.500 pesetas, gastarse 7.000 pesetas en la vestimenta y algo más en los accesorios a que obliga la práctica de la misma. Prácticamente ya son 45.000 pesetas las que se invierten de salida; ahora bien, muchos útiles son amortizables a largo plazo -una escopeta puede durar diez años en perfecto estado-, por lo que el costo medio por temporada puede cifrarse en 10.000 pesetas.

Una vez perfectamente equipado el cazador medio, recurre a formar una sociedad de amigos generalmente diez- para arrendar un coto. Un terreno modesto, que pueda ofrecer cinco piezas por cazador y día, viene a costar cerca del medio millón de pesetas, al que hay que añadir casi otro tanto de guardería. A todo esto hay que sumar los gastos de desplazamiento y alojamiento, si se acude a cazar lejos del lugar de residencia. Así pues, es cuantioso el dinero que se mueve en la temporada. Cada momento de la actividad cinegética presupone un gasto, que es siempre mayor cuanto mejores resultados se quieran conseguir. Caza hay, y seguirá habiendo, para los económicamente fuertes.

Especie española en peligro de extinción

La cabra montés del Pirineo, conocida como bucardo, se encuentra en peligro de extinción. Actualmente quedan veinte ejemplares, localizados en el Parque Nacional de Ordesa. La población de esta subespecie de la cabra española presenta una tendencia evolutiva poco favorable, y ello origina que no alcance una progresión normal, aunque exista reproducción.

Las causas determinantes que impiden un aumento en la población de bucardos son varias: falta de alimentación en el invierno, al tener su hábitat en umbrías, donde no existen pastos; presión de cerca de mil sarrios sobre el rebaño de bucardos; abundancia de consanguinidad entre los ejemplares existentes, lo que fomenta las tareas cinegéticas, y existencia de parásitos intestinales que interfieren el desarrollo biológico normal.

Estos problemas se intentan superar con la instalación de comederos con alimentos antiparasitarios; pero a ellos también acuden otras especies, por lo que ahora se procederá a apartarlos y liberarlos de la presión a que son sometidos por parte de los sarrios.