Rincón: "Es complicado dejar doscientos millones en el banquillo"
Un jugador de la cantera -quizá su mayor defecto- llamado Hipólito, apellidado Rincón, y que tiene de ficha este año 900.000 pesetas, salvó los dos puntos del Madrid ante el Zaragoza. Sustituyó tras el descanso a un jugador de color llamado Laurie, con apellido de astro, Cunningham, que va a costar entre pitos y flautas más de doscientos millones, y que cobra más de doce por temporada. «Los jugadores de la cantera estamos relegados al último papel. No nos dan oportunidades. A pesar del debut estoy seguro de que no jugaré en Sevilla. Es muy complicado dejar doscientos millones en el banquillo.»
Rincón tiene ahora veintidós años. Su trayectoria futbolística ha sido muy similar a la de tantos otros jugadores con porvenir que no encuentran el camino de las oportunidades para lograr un puesto en cualquier equipo grande. «Falta que nos den confianza. Como estás en la casa, pues nunca cuentan contigo, salvo en casos de auténtica necesidad. Y, aunque es muy difícil convencer con las mínimas ocasiones que te conceden, todos luchamos por que lleguen y por no desaprovecharlas. A veces no te sirve para nada.»De las categorías inferiores madridistas, Rincón comenzó su rosario de cesiones en el Díter Zafra, luego el Huelva -ascendió a Primera-, volvió al Madrid por tres meses y el año pasado le tocó el turno al Valladolid. Allí jugó nueve partidos y marcó seis goles, pero una lesión de ligamentos, con operación incluida, truncó buena parte de la temporada. A pesar de todo alcanzó a jugar la semifinal de la Copa contra el Valencia. «Si no nos hubiesen robado el partido de Zorrilla habríamos llegado a la final. Con dos a cero a favor del Valladolid se pasó por alto un claro penalti que me hizo la zaga del Valencia.»
Aquella es una historia olvidada, pero sirve para poner de manifiesto que Rincón suele salirse en sus manifestaciones -«nos robaron»- de la jerga general. Tampoco se anda con frases diplomáticas al enjuiciar su actual situación. «Boskov me dijo al principio de temporada que me iba a dar la oportunidad de mi vida. En la práctica, nada. Sé que jugué el domingo por circunstancias, por las lesiones de dos compañeros. Mentiría ahora si dijera todo aquello de que estoy ilusionado por jugar en Sevilla contra el Betis, que puedo lograr la titularidad. Hay que ser realista. Delante de mí está un hombre indiscutible al que por muchas razones es difícil dejar en el banquillo. Muy complicado, y ya me entiende. Me conformaría con ir de suplente y esperar una nueva ocasión. Lo que sí me molesta, no ya por mi caso particular, porque me ha costado mucho llegar aquí, es que a jugadores que vienen con fama, aunque nadie prácticamente le ha visto jugar, que no demuestran nada, hay que darles nueve o diez partidos. ¡Si un superclase no entra en juego en todo ese tiempo, apaga y vámonos! Ojalá nos dieran a los jóvenes esos diez o doce encuentros.»
Una ficha de 700.000 pesetas el año pasado, 900.000 éste. y un millón el próximo cobra Rincón. De su sinceridad podría parecer que se desprende cierta desconsideración hacia un compañero. Nada más lejos de ello. «Quizá falte mentalidad en el fútbol español para llamar a las cosas por su nombre, o al menos como uno las piensa de verdad. Por ejemplo, es mentira que Cunningham esté boicoteado por nosotros. Eso es incierto, entre otras cosas, porque a todos nos interesa ganar y el compañerismo en el Madrid sigue siendo una virtud enorme. Con respecto a Cunningham, es que resulta muy difícil enjuiciarlo. Creo que ninguno de mis compañeros, ni yo mismo, podríamos hacer un examen concreto. Es muy variable en su fútbol. Lo mismo te hace una jugada genial, de verdad, que se pasa diez minutos sin ver el balón.»
Inquietud en el Madrid por la situación de Cunningham
Existe preocupación en el Madrid por la actual situación que atraviesa Laurie Cunningham, el superfichaje millonario del fútbol español. El jugador sigue sin centrar su fútbol, aunque la causa primera de ello pueda radicar en las molestias que arrastra en el tobillo desde el partido de Vallecas con el Rayo. La posibilidad apuntada la semana pasada, de su paso por el quirófano, vuelve a cobrar visos de autenticidad ahora. Aunque oficialmente siga en «tratamiento», tras la eliminatoria de la Copa de Europa con el Oporto, tal como se dijo, Cunningham podría ser operado.
Hasta el momento Cunningham sólo ha justificado su enorme precio en el partido de pretemporada que el Madrid jugó en Bruselas frente al Anderlecht. Luego, pequeñas ráfagas en las que se le intuye una innegable calidad, pero sin que en la práctica convenza a casi nadie. La rentabilidad de su fichaje comenzó a ser puesta en entredicho hace ya algunas fechas. Sin embargo, cabe señalar que desde el partido con el Rayo, en la segunda jornada de Liga, Cunningham no puede actuar en plenitud de forma. La fuerte entrada de Rocamora antes de los veinte minutos del primer tiempo le obligó a retirarse en dicho encuentro, y desde ese momento el jugador teme a la lesión definitiva.
En concreto, Cunningham tiene una pequeña fisura en un hueso tras el tobillo. No puede afirmarse por ello que se trate de un jugador frágil, por cuanto su lesión no es muscular, sino producto de la dura entrada de un contrario. Las molestias le impiden jugar a tope, aunque hasta ahora la posibilidad oficial de una operación, que, en la práctica, no presentaría importancia alguna, se descartaba, a la espera de que el jugador respondiese al tratamiento a que está siendo sometido.
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