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Atracan en plena calle haciéndose pasar por policías

La delincuencia parece haber conseguido la perfección de un efectivo procedimiento para robar: suplantar la personalidad de la policía. La noche pasada, un ciudadano que regresaba a su domicilio fue robado por dos individuos que se hacían pasar por policías, y que hicieron tan bien su papel que la víctima no se dio cuenta de lo que verdaderamente había ocurrido hasta que llegó a su casa.Los dos individuos, correctamente vestidos y utilizando maneras de proceder que a simple vista podrían parecer propias de agentes del Cuerpo Superior de Policía, se acercaron a su víctima indicando que eran policías, mientras le enseñaban una extraña documentación y, acto seguido, le encañonaban con una pistola.

A continuación hicieron entrar al detenido en un portal próximo, donde le pusieron contra la pared, las manos en alto, y le cachearon concienzudamente, mientras multiplicaban gestos y actitudes intimidatorias, con frases tales como. «Te vamos a llevar». «De esta no te libras», «Te vas a enterar». La víctima, pensando que seguramente le confundían con alguien buscado por la policía, permaneció pasiva esperando que se aclarase todo.

Una vez cacheado y convenientemente atemorizado, uno de los falsos policías cogió la cartera del detenido, con dinero y documentación, y salió con ella a la calle para mirar los documentos, mientras su compañero vigilaba a la víctima y le hacía toda clase de preguntas que podrían interesar a la policía, como «¿De dónde viene usted?», «¿A dónde va?», «¿Cuál es su profesión?».

A los pocos minutos volvió el que se había llevado la cartera, y ya en tono conciliador indicó al detenido que se marchase a casa, al tiempo que le devolvía la cartera. La puesta en escena llegó hasta la simulación de un enfrentamiento con su compañero, que insistía en llevárselo.

Una vez quedó libre por fin, comenzó a sospechar algo raro, por lo que nada más llegar al portal de su casa miró la cartera y comprobó que había sido atracado: no le habían dejado ni un duro. Puesto en contacto con la policía, ésta le recordó que los agentes de la autoridad no se identifican con ningún tipo de carnés, sino con una placa metálica, aunque el ciudadano puede después pedirles que le enseñen su documentación profesional. Asimismo, la policía informó al atracado que no es la primera vez que se produce un caso de este tipo, particularmente grave, porque ya no se trata de un simple acto rateril, sino de la suplantación de la personalidad de la policía.

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