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Año internacional del Niño/1

En el actual Año Internacional del Niño, y de acuerdo con las iniciativas promovidas por distintos organismos de la ONU, todas las televisiones del mundo promueven la creación de nuevos programas para niños y cuestionan los tradicionales productos que se emiten al amparo del cómodo paraguas de los dibujos animados.El Año Internacional del Niño apenas tuvo eco en TVE. No hubo programas especiales y ni siquiera se modificaron los habituales esquemas. Los motivos son de muy distinta naturaleza. Por una parte, TVE creyó que el Año Internacional del Niño se celebraba en 1978 y no en 1979. De ahí que Valerio Lazarov, con el beneplácito de los directivos, rodase el musical especial La sonrisa de un niño. Programa que se emitió en 1978, se repuso en 1979 para enmendar el error y se envió recientemente a un festival internacional -donde obtuvo premio- para aparentar ante el exterior que España había participado con programas propios en la campaña internacional. Por otra parte, a causa del constante trasiego de cargos directivos durante 1978 y 1979 en una interminable riada de ceses y nombramientos, la subdirección de infantiles fue víctima del naufragio colectivo. Horas antes de ser cesado Miguel Martín, director de TVE, cesaba a Marino Peña de la subdirección de programas infantiles.

Nunca hubo una política coherente de programación infantil. Se programa con lotes de relleno, como demuestra el hecho de recurrir siempre a dibujos animados norteamericanos cada vez que falla alguno de los programas. Dibujos que, por norma, cantan la violencia en el reino animal. Cada vez que TVE tiene que emitir un encuentro de baloncesto se suprimen íntegramente los programas infantiles. Mientras a los adultos se les programan las aventuras en episodios diarios de una hora (Grandes relatos), el posible interés de los niños por sus héroes y aventuras (Tarzán, El Quijote, ahora) se suspende durante seis días y se programa en dosis de media hora semanal.

Hay una evidente y sórdida especulación con la ansiedad del niño, preocupado por el futuro de sus héroes. Naturalmente, cuanto más dilate en el tiempo la aventura de Don Quijote, de Marco o de Heidi, más sustanciosos serán los beneficios del mercado de tebeos, cromos, bollos y yogures, montados en torno a las series infantiles de la televisión. Hasta ahora, la única gestión de TVE a favor del niño, ha sido la interrupción en la programación de la serie Mazinger Z ante la avalancha de protestas recibidas.

Mientras la publicidad para adultos -o indiferenciada- no ad mite anuncios (spots) inferiores a veinte segundos, TVE emite diariamente, a las 19.20 horas, 150 segundos en un bloque de quince anuncios de diez segundos, sin tener en cuenta la publicidad exclusivamente destinada a niños que se emite a lo largo del día. La gerencia de publicidad de TVE tiene pre visto suspender ese bloque a partir del próximo año.

Habría que añadir a estas descortesías de los directivos la censura o supresión arbitraria de los programas que más gustaban los niños, como el único informativo, La semana, borrado de un plumazo en octubre de 1978. Magistratura de Trabajo condenó a TVE a indemnizar con cuatro millones de pesetas a Francisco García Novell, director de La semana, después de quince años de trabajo para TVE. El señor García Novell informó a EL PAÍS que abrirá este mes un «Taller de televisión », cuya finalidad es organizar cursillos de televisión en las escuelas, dotar a los niños de equipos de video ligero y producir programas infantiles realizados por los niños. La labor informativa de Francisco García Novell fue sustituida por la locutora María Luisa Seco, encargada de vender la mercancía, de certificar la alta e indiscriminada calidad pedagógica y de diversión de todos los espacios infantiles y, en definitiva, de mantener a los niños pega dos ante el televisor.

TVE tiene, sin embargo, una de las audiencias más fieles, incondicionales e indefensas: todos los días ven los programas infantiles entre cuatro a cuatro millones y medio de niños (datos de 1978, en media anual). Pero a TVE no le interesa conocer las reacciones de los niños ante los programas que ofrece, su grado de interés, aceptacion o rechazo de os mismos, mientras que el panel que confecciona y elabora semanalmente la dirección de TVE, a través del servicio de estudios de contenido, excluye el público infantil, el bloque diario infantil y toda la segunda cadena.

En la actualidad, TVE emite de lunes a viernes una hora de programas infantiles (excepto los miércoles, en que se reduce a treinta minutos), hora y media los sábados y nada los domingos. Una media algo superior a los quince minutos diarios, del total de esos programas, son dibujos animados, tres telefilmes extranjeros de media hora (Cuentos de los mil y un días, El hidroavión de Bailey y Tarzán) y tan sólo cuatro programas producidos en España: La mansión de los Plaff, El mundo de la música, Los payasos y 003 y medio. Con este último programa se concede otra oportunidad más a Torrebruno, tras el fracaso de La locomotora, espacio del que sólo llegaron a emitirse nueve programas, y con el italiano transformado ahora en agente secreto.

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