Bokassa
« Otro dictador menos. En un mal año para las dictaduras, acaba de ser derrocado Bokassa I, un emperador de opereta, tiranuelo sanguinario y cruel, que quiso elevarse a los cielos del imperio desde su pasado de sargento del Ejército colonial francés.El sha, Idi Amin, Somoza, Macías..., todo un modo de hacer política y deshacerla ha desaparecido en lo que va de año. Pero más sorprendente que la caída de estos dictadores ha sido su larga permanencia en el poder. Sus imperíos -feudales o tribales en muchos casos- se han mantenido porque había poderes lejanos empeñados en mantenerlos. Con su sola existencia, bufones trágicos como Amin o Bokassa servían de coartada moral a las buenas conciencias occidentales. Ejemplificaban las maldades de los nuevos regímenes del Tercer Mundo. Permitían pensar: Menos mal que eso aquí no pasa.
Pero todo tiene un límite. Antes de que tales excesos provocasen situaciones revolucionarias, Washington decidió cortar su luna de miel con Somoza y París jubilar al autoproclamado emperador del Africa central. Quizá convenga recordar que estos salvadores de ahora son los culpables de que haya dictadores de los que ser salvados.»
22 de septiembre
