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Reportaje:

Alarmante disminución de la natalidad en Italia, país de los niños

Juan Arias

Bajo el título «Mucho amor y pocos niños», el semanario L'Espresso acaba de publicar, anunciándolo en su primera página, un sondeo sobre la amenaza que se cierne sobre Italia en una disminución de la natalidad considerada como alarmante.Parece una paradoja, si se tiene en cuenta que Italia, como España, es el país de los niños, hasta el punto que una familia sin hijos es casi una desgracia, una vergüenza o un deshonor. Este sondeo demuestra que esto era cierto hasta hace unos años, pero que ahora las cosas están cambiando radicalmente. Muchos matrimonios jóvenes no quieren hijos, o quieren sólo uno, o al máximo dos, lo que hace que Italia tenga ya hoy un índice de crecimiento inferior al de Francia y casi igual al de la República Federal de Alemania.

Según los últimos cálculos, mientras en Italia hasta el 1961 se equivalían los coeficientes de mortalidad y de natalidad, en los últimos quince años la natalidad disminuye con tal intensidad, que si continúa este ritmo, antes del año 2000 se llegará al crecimiento cero y empezará a ser mayor el número de fallecimientos que el de nacimientos.

Hay quien piensa que esto es un bien en un país como Italia, que tiene más de cinco millones de emigrantes en todo el mundo, que posee una población de 56 millones, con dos millones de parados, y donde la mayor neurosis, según el sociólogo Ferraroti, es la claustrofobia.

En 1978 la familia italiana ha procreado como media 1,8% de hijos, mientras el índice mínimo para sustituir numéricamente a los padres es del 2 %. Y esto a pesar de que el sector «sur» sigue aún procreando más de dos hijos de media. De hecho, el Sur empieza a ser la despensa demográfica de Italia, con consecuencias, dicen los sociólogos, de carácter genético y cultural. En algunas ciudades como Trieste se registran ya hoy 2.000 nacimientos y 4.500 defunciones al año. Ante estos datos se hacen hoy en Italia dos preguntas fundamentales: «¿Cómo resolver el problema para que dentro de unos años no se convierta "el país de los niños" en "el país de los ancianos"?, y ¿cuáles son las causas reales de este fenómeno?»

Por lo que se refiere a la primera pregunta, todos rechazan categóricamente intervenciones del pasado fascista con la clásica exaltación de la «familia numerosa». Se trata de intervenir con métodos nuevos y con reformas radicales, que vayan a las raíces de la causa de la disminución de natalidad. Y por lo que se refiere a estas causas, el sondeo de L'Espresso demuestra que el problema es complejo, que las causas son muy diversas. Se habla de problema de vivienda, pero las cifras indican que nacen más niños en los ambientes más pobres y en las casas más pequeñas. Se habla de egoísmo, del deseo interesado de no atarse a los hijos, para poder viajar y vivir mejor, pero en realidad la mayoría de las personas que han declarado que no desean niños son matrimonios que se empeñan seriamente en la lucha política y social, que hacen mil sacrificios en defensa de la justicia, que se preocupan de lo que podrá ser el futuro de unos niños que deberán enfrentarse con una sociedad que cada día les prepare un futuro más in cierto y catastrófico.

Como se ve, el sondeo ofrece motivos para todos los gustos. Mientras tanto, las feministas, con su carga de provocación, han lanzado una campana diciendo que nadie tiene el derecho de robar a una mujer el gusto de concebir. Por tanto, puesto que son los hombres más que las mujeres quienes, en Italia, no desean tener hijos, la mujer debe defenderse concibiendo un hijo o «sin padre conocido», o contra la voluntad del padre, es decir, aprovechando un momento de «debilidad del sexo fuerte».

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