España solicita un período transitorio único para integrarse en la CEE
«España plantea un período transitorio único, con posibilidad de ciertas excepciones», declaró Leopoldo Calvo Sotelo, ministro español de Relaciones con la CEE, al término de la primera ronda negociadora para el ingreso de España en el Mercado Común, iniciada ayer en Bruselas con el Consejo de Ministros de la Comunidad, presidido por el irlandés Michel O'Kennedy.
Madrid deja claro, como apuntó en su declaración oficial de apertura de las negociaciones, el pasado 5 de febrero, en Bruselas, que agricultura e industria deben ir ligados en el proceso de incorporación de la economía hispana a la comunitaria. La tesis, que no constituye ninguna novedad y sigue el camino marcado por anteriores procesos de ampliación, puede levantar reservas por parte de ciertos Estados miembros (Francia, en particular), que desearían imponer a España un desarme arancelario rápido para vender sus productos industriales en el mercado español, pero alargar al máximo el libre acceso de productos agrícolas españoles en los supermercados de la CEE.Toda la filosofía del proceso negociador -que durará unos quince o veinte meses- girará en torno al principio de un «período transitorio único », que podría oscilar entre un mínimo de cinco años y un máximo de diez. Período transitorio que se aplicará a partir de la fecha oficial de entrada de España en la CEE, probablemente enero de 1983, para evitar sobresaltos en la adaptación entre las economías española y comunitaria.
En el curso de la primera sesión ministerial de negociaciones, se trataron también otros puntos del temario que se irá negociando entre España y la CEE. Se comenzó con los aspectos relativos a la unión aduanera y libre circulación de mercancías industriales. Seguirán, en los próximos meses, los capítulos relativos a los productos derivados del tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), relaciones exteriores, fiscalidad, Comunidad, Europea de la Energía Atómica (Euratom), libre circulación de personas y agricultura. Punto este último, el agrícola, que será el más delicado, ante la coincidencia de producciones meridionales (vino, frutos y legumbres, aceite de oliva) entre Francia, Italia, España y Grecia, país que será miembro de la CEE a partir de enero de 1981.
Preguntado el ministro Calvo Sotelo sobre si la postura de Francia en la negociación, que puede intuirse será dura, puede frenar el ritmo de las negociaciones o forzar a España para que acepte condiciones desfavorables para entrar cuanto antes en la CEE. «En ningún caso, sacrificaremos los intereses españoles para ganar unos meses en el proceso negociador», aclaró Calvo Sotelo. Recordó que Francia es un país que por sus producciones agrícolas y proximidad geográfica está particularmente sensibilizado por el ingreso de España en la CEE, «llegando a adquirir valores de política interior», apuntó el ministro. Hecho que puede repetirse durante la campaña electoral para la presidencia francesa, en marzo de 1981, cuando, en buena lógica, las negociaciones para el ingreso español en la CEE lleguen casi a su fin. «Se está preparando el viaje del presidente Suárez a París y será una buena ocasión para tratar el tema del ingreso español en la CEE», precisó el ministro. Calvo Sotelo repitió su hipótesis de «concluir el grueso de las negociaciones a finales de 1980, antes del término de la actual Comisión Europea», presidida por el laborista británico Roy Jenkins, cuyo mandato concluirá en diciembre del próximo año.
Calvo Sotelo señaló también el interés del Gobierno español de terminar el proceso de ingreso a la CEE dentro de la actual legislatura, lo que permitirá la negociación, firma, ratificación parlamentaria y entrada en vigor del tratado de ingreso de España al Mercado Común bajo la batuta del Gobierno presidido por Adolfo Suárez. «Al concluir cada sesión negociadora irá ante las comisiones de Relaciones Exteriores del Congreso y del Senado para informar de los detalles de la misma», precisó el ministro. También dijo que informará a los secretarios generales de las centrales sindicales, CEOE, cámaras de comercio y sindicatos agrícolas. Aclaró que a las comunidades autonómicas se les tendrá al corriente antes de la firma de los tratados, «ya que las negociaciones con la CEE son asunto del Gobierno, sin excluir que pueda haber un diálogo con los responsables de las autonomías». Canarias, Ceuta y Melilla serán objeto de posibles regímenes particulares dentro de los tratados con la CEE, aunque todo dependerá de lo que se decida negociar por cada parte. El principado de Andorra no entra jurídicamente en el conjunto de la negociación, aunque no se descarta la eventualidad de que los dos estados vecinos del Principado de Andorra intenten aprovechar la ampliación del Mercado Común para modificar ciertas normas administrativas sobre el «paraíso fiscal» andorrano.
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