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Ahorro y consumo: coexistencia pacifica

«A pesar de las insistentes y continuas llamadas de consumo en una sociedad que se resiste a creer que la crisis económica es cierta, no hay más que echar un vistazo a las cifras de depósito de los bancos y Cajas de Ahorros, para comprobar que la capacidad de ahorro de los españoles crece continuamente. Dos problemas se plantean, sin embargo, en torno a este crecimiento del ahorro privado. El primero es que la transformación del simple dinero en auténtico capital, del puro ahorro en eficaz inversión, no se produce al ritmo necesario y está excesivamente afectado por el índice corrector de la inflación. El segundo, y quizá más complejo, es que la proporción en términos monetarios de los gastos de consumo disfraza los términos reales del poder adquisitivo. Hay, no obstante, un indicador que puede servir para medir la mejora de la calidad de vida en los últimos años, a pesar del fenómeno consumista, la inflación y la crisis. (...)Está comprobado que gastamos más en vacaciones, servicios, restaurantes, turismo, transportes, etcétera, y estamos cada vez más cerca de una distribución de presupuestos semejantes a la de una familia media en unos cuantos países europeos. Nos queda, sin embargo, un largo camino por recorrer hasta llegar al nivel promedio de los países más avanzados.

, 15 de septiembre

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