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"Ningún palestino responsable aceptará el acuerdo de Camp David"

Los palestinos de los territorios ocupados por Israel no se muestran sorprendidos por el callejón sin salida en que se encuentran las conversaciones sobre la autonomía en los territorios ocupados. La negativa cerrada e incondicional de los palestinos partidarios de la OLP hacia el proyecto de autonomía estipulado en Camp David es bien conocida; lo que resulta menos sabido es que los dirigentes de los territorios ocupados, calificados como moderados, hasta ahora vacilantes y ambiguos hacia los citados proyectos, se han acercado a los criterios de la OLP y rechazan esos planes. Este es el caso de Elías Freij alcalde de Belén, con quien ha mantenido la siguiente entrevista nuestro corresponsal en Jerusalén, Victor Cygielman.

Elías Freij era alcalde de Belén antes de 1967, cuando Cisjordania estaba bajo la soberanía del rey Hussein. Fue una de las pocas personalidades cuya reelección era bien vista por Amman cuando sobrevino la «marea» nacionalista de 1976 que barrió a los alcaldes anteriores e instaló en su lugar hombres favorables a, la OLP en la mayor parte de los municipios de Cisjordania y Gaza.Pregunta. ¿Qué piensa de las conversaciones sobre autonomía palestina entre Sadat y Begin?

Respuesta. Son inútiles. Incluso si ambos se ponen de acuerdo, ningún palestino responsable aceptará participar en ese proyecto autonómico.

P. Sin embargo, usted dijo hace unos meses que valía la pena estudiar el proyecto.

R. Exacto. No soy una persona que repite frases y opiniones sin tener antes su juicio personal. No rechazaba nada sin haberlo estudiado seriamente. Ahora ya lo he hecho y conozco a fondo los acuerdos firmados en Camp David y le digo sinceramente que nosotros, los palestinos, no esperamos nada positivo del proyecto de autonomía.

P. ¿Por qué?

R. Porque el proyecto de autonomía se ajusta a los deseos de Menahen Begin, que busca la anexión gradual (los acuerdos de Camp David le conceden un plazo de cinco años) de Cisjordania y Gaza.

P. Pero Begin no estaba solo en Camp David: Carter y Sadat también expusieron sus criterios.

R. Sólo en apariencia. De hecho, estaban superados. Así, en Camp David, los israelíes disponían de tres abogados profesionales y experimentados: Begin, Barak (consejero jurídico del Gobierno) y Rosenne (consejero jurídico de Dayan). Los americanos tenían un solo jurista: Vance; y los egipcios a nadie, ni un solo abogado. No extraña que Begin obtuviera el texto que deseaba.

P. Dejando aparte los textos y la jurisprudencia, examinemos los acuerdos políticos concretos. ¿Acaso Sadat no dijo claramente a Begin que el problema palestino era el centro del conflicto árabe-israelí, y que él estaba «moralmente comprometido» en defender los legítimos intereses de los palestinos?

R. Ese compromiso moral no es suficiente. ¿Cómo se pueden defender los legítimos intereses cuando no se opone -prácticamente y no sólo moralmente a la continuación de la colonización judía de nuestras tierras? Hablar, como hace Sadat, de progresos en el proceso de paz mientras progresa sin parar la colonización judía de las tierras palestinas en Cisjordania y Gaza es reírse del mundo, es algo inmoral.

P. El presidente Sadat y el ministro israelí del interior, Burg, encargado de las negociaciones autonómicas, predicen que Jordania se unirá pronto a estas negociaciones. Usted, que conoce Amman, ¿qué piensa de ello?

R. Se trata de una ilusión. Jordania no tiene nada que ganar y mucho que perder integrándose en ese atolladero.

P. ¿Cambio de qué tipo?

R. Es necesario que quede claro que el régimen autonómico -régimen provisional por cinco años, según los acuerdos de Camp David- conduzcan no a la anexión por Israel, sino a la autodeterminación nacional de los palestinos.

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