"El sindicalismo debe conjugar la actividad reivindicativa con la participación obrera"

Invitada por la Unión General de Trabajadores, se encuentra en España una delegación de los sindicatos israelíes, encabezada por su secretario general, Yerucham Meshel. La representación del Histadrut (Confederación General de Trabajadores de Israel, de inspiración socialista) mantiene contactos con la ejecutiva de la UGT y con la gestora del PSOE, así como con otros dirigentes socialistas, en los que se persigue «un mayor estrechamiento de la colaboración existente entre estas organizaciones, especialmente en el campo cooperativista », sobre el cual el sindicato israelí presta un decidido apoyo a la central socialista española. habló con Yerucham Meshel.

Pregunta. ¿En qué aspectos concretos se materializa el apoyo que presta su organización a la UGT?Respuesta. La relación entre nuestras dos organizaciones arranca desde la guerra civil española y se ha mantenido a lo largo del exilio hasta la actualidad. Nuestra amistad es grande, y en el plano de la colaboración procuramos prestar todo el apoyo posible para que UGT pueda, cada vez más, orientar su actividad sindicalista, desde la actividad reivindicativa, hacia un sindicalismo de participación en el que la presencia obrera en la política y la economía del país sea cada vez más creciente.

Nuestra organización, por ejemplo, controla, a través de sus empresas cooperativas, un 80% de la producción agrícola y un 85% de su exportación. Un 25% del millón y medio de trabajadores que tenemos afiliados trabajan en empresas que pertenecen a nuestra organización sindical. Asimismo, los autobuses interurbanos, y gran parte de los urbanos, pertenecen a dos cooperativas que están integradas en el Histadrut. Es lo que nosotros llamamos economía obrera.

En el caso español, y así lo hemos discutido con la UGT, habría que ir a una actividad que trasciende de lo reivindicativo. Si consideramos la economía española y la importancia numérica del campesinado, que está fuera del ámbito sindical, no veo por qué no se puede llevar adelante la idea cooperativista desde la iniciativa sindical.

En cuanto a la ayuda económica que UGT pueda haber recibido de nuestra organización, ha venido canalizada a través de la organización internacional a la que ambas pertenecemos, la CIOSL.

P. Es de suponer que en sus contactos con los dirigentes del socialismo español, y dadas las afinidades ideológicas con su organización, el tema político no habrá estado ausente de la conversación. Concretamente, ¿se ha planteado el tema de las relaciones diplomáticas entre España e Israel?

R. Efectivamente. En nuestro encuentro con la gestora del PSOE, así como en la entrevista que hemos mantenido con el alcalde de Madrid, profesor Tierno Galván, hemos expuesto nuestro punto de vista sobre este tema. Creemos que la situación actual de no existencia de relaciones diplomáticas entre ambos países es una anomalía. Somos países mediterráneos con intereses comunes ante distintos aspectos de la política internacional, concretamente, ante el acertamiento y, en el caso español, integración con la Comunidad Económica Europea. Creemos que existen factores históricos que inciden para el restablecimiento de relaciones.

En este sentido, el momento en que se produce nuestra visita a España supone una ironía histórica. Con anterioridad a esta ocasión estaba prevista nuestra visita, y no se pudo realizar por haberse producido un terrible atentado de la OLP contra un autobús israelí, en el que murieron muchos compatriotas. Ahora, nuestra estancia entre ustedes coincide con la llegada a Madrid del dirigente de aquella organización, Yasser Arafat. Los caminos de la historia son inescrutables.

P. Desde la perspectiva sindical, ¿cómo ve el secretario general del Histadrut el actual momento español?

R. Como observador momentáneo, pues no cuento con un exacto conocimiento de la situación española, creo que ante la perspectiva de la próxima integración española en el MEC sería conveniente forzar un entendimiento entre trabajadores, empresarios y Gobierno, es decir, entre las fuerzas sociales en la tarea común de afrontar los riegos que este paso supone.