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Oreja reafirma la prioridad de la opción europea y occidental en nuestra política exterior

El ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, hizo ayer, ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, una amplia exposición sobre las directrices de la política exterior española, Aunque no se produjeron grandes novedades destacó en la exposición del ministro la reafirmacíón de que no se pretende una política neutralista ni tercermundista, sino plenamente europea y occidental, y la insistencia en que España nunca cedió la soberanía sobre la ex colonia del Sahara, occidental. «Y esto no es nuevo, siempre hemos tenido la misma posición. La independencia se traduce», dijo, «en la capacidad de actuar en el campo internacional, y la libertad es mayor cuantas más opciones se tienen. » Así, la política exterior española se orienta fundamentalmente a fortalecer y garantizar la seguridad nacional, salvaguardar la integridad territorial y defender las condiciones de vida de los emigrantes y otros residentes en el exterior, así como favorecer la distensión con la búsqueda de un nuevo orden mundial y la defensa de los derechos humanos.Afirmó el señor Oreja que debe quedar muy claro que se da prioridad a la opción europea y occidental, lo que supone que ante todo están las relaciones con los países vecinos, entre ellos la Comunidad Económica Europea, y la participación en el sistema defensivo occidental.

Por sectores, el ministro dio cuenta de las satisfactorias relaciones con Portugal, Francia y las Comunidades. Citó Gibraltar que se mantiene en una «situación de anacronismo colonial», y señaló a este respecto que se van a presentar propuestas de negociación que pennítan llegar a un acuerdo.

Reseñó también la activación de las relaciones con Iberoamérica, donde existen importantes programas de cooperación con vanos países y han crecido considerablemente las exportaciones. Se detuvo en la ayuda a Nicaragua, y dijo que está casi preparado un barco que llevará a este país 18.000 toneladas de alimentos y medicinas.

De Africa dijo que se ha aumentado la presencia diplomática y evitado un intepto de injerencia interna en el tema de Canarias. Asimismo detalló la ayuda prestada a Guinea Ecuatorial tras el cambio de régimen, que fue «inmedíata y no limitada a gestos», y anunció que dentro de pocos días llegará a Madrid una delegación guineana para detallar un plan de ayuda general.

Magreb: nada nuevo

La segunda parte de la exposición del ministro fue dedicada a la política española respecto al Magreb, y comenzó con un largo relato de antecedentes, remontándose hasta el siglo pasado, especialmente en cuanto a las relaciones con Marruecos. Del acuerdo de Madrid, tras el que España abandonó el Sahara, dijo que fue un intento de solución pacífica y significó la cesión de competencias administrativas a Marruecos y Mauritania, pero nunca de la soberanía, que está por decidir hasta que el pueblo saharauis se pronuncie.

«Esto», afirmó, «no se ha producido aún, por lo que España sostiene que la descolonización no ha concluido. Es decir, nuestra posición no ha cambiado, quede claro, aunque los gestos pueden haber vari ado en función de las circunstancias ». En esta situación, España intenta la restauración del equilibrio, en base a su neutralidad y el mantenimiento de sus principios, y mediante la adopción de medidas prácticas, como el embargo de armas a la zona y de apoyo a las soluciones pacíficas. Dentro de esto último, citó el apoyo a la posición de Mauritania.

Diferencias de interpretación

«Con Marruecos», agregó, «nos separan diferencias de interpretación, pero debemos esforzamos en acabar con los motivos de discordia y promover la cooperación mediante el diálogo sincero, mirando al futuro y no al pasado». En cuanto a las relaciones con Argelia, señaló que con la reciente visita del presidente Suárez se afirmó una voluntad de diálogo sincero.

El señor Oreja contestó tras su exposición a las preguntas de varios senadores. El portavoz socialista, Fernando Morán, se interesó por el alcance actual del acuerdo de Madrid y sobre la conveniencia o no de denunciarlo, a lo que el ministro respondió que tal acuerdo no cerró el proceso de descolonización, pero que, aunque los acontecimientos lo han vaciado de contenido en gran parte, no sería conveniente su denuncia, ya que la misma significaría la vuelta a la situación anterior a su firma y, por tanto, habría que reasumir las responsabilidades que se tenían entonces.

También preguntó el señor Morán sobre el posible reconocimiento del Frente Polisario, ya que, a su juicio, es el único representante legítimo del pueblo saharaui, y dado que la entrevista del presidente Suárez con su secretario general podría entenderse como un reconocimiento tácito. El señor Oreja dijo que España no reconoce movimientos ni Gobiernos, sino Estados, y que la República Arabe Saharaui Democrática no puede ser reconocida como tal Estado, ya que no está asentada sobre la autodeterminación, que no ha podido producirse.

Maniobra de Hassan II

En cuanto a la conferencia de países limítrofes propuesta por el rey de Marruecos, y que fue calificada por el señor Morán como maniobra de Hassan II para convertir el tema en un contencioso territorial, ocultando el problema de la autodeterminación, el ministro, afirmó que España está al margen de posibles conferencias de países limítrofes, porque no lo es, y que no es ese el tipo de conferencia para la paz propuesta por los organismos internacionales, a la que España asistiría e incluso estaría dispuesta a servir de sede.

Por último, a preguntas del senador Azcárate, de UCD, manifestó el señor Oreja que el Gobierno español tiene una gran preocupación por el tema de los refugiados en España, cuya situación será próximamente regulada de forma definitiva, mediante una ley específica o dentro de una ley general de extranjería.

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