_
_
_
_

El desaparecido meta del Ujpest propone jugar en Estados Unidos

Zoltan Toth, portero titular del equipo húngaro Ujpest Dosza y desaparecido el pasado día 25 de agosto en Cádiz, tiene la intención de enrolarse en un equipo de fútbol de Estados Unidos, el Stonners de Pennsylvania, según información facilitada por fuentes diplomáticas americanas. La embajada dé Estados Unidos en Madrid informó ayer a las agencias Efe y Europa Press que el jugador había recibido un visado para desplazarse a aquel país y jugar con el Stonners. El caso recuerda otros más antiguos -Kubala, Puskas, Kocsis, Czibor... - y coloca a la FIFA ante una difícil situación.

Zoltan Toth acudió con su equipo, el Ujpest Dosza, a Cádiz, para participar en el Trofeo Carranza. Antes de que comenzase éste se le echó en falta en la concentración de su equipo. Se especuló en principio con la posibilidad de que desease pedir asilo político en España, pero pasaron los días y no apareció. La tesis de un posible accidente parecía difícil, por cuanto un jugador normalmente no se aleja de sus compañeros durante la concentración. Se pensó, pues, en la posibilidad de que algún intermediario le hubiese escondido para, una vez marchado el Ujpest de España, trasladarle a Estados Unidos, a fin de enrolarle en alguno de los equipos profesionales de aquel país.Ayer, la embajada de Estados Unidos en Madrid notificó a las agencias Efe y Europa Press que Zoltan Toth se había presentado el pasado 29 de agosto en dicha embajada y había mostrado un contrato con el Stonners de Pennsylvania, solicitando un visado para trasladarse a aquel país. La embajada norteamericana le facilitó dicho visado, que no supone una concesión de asilo político, según aclaró la propia fuente. La petición de Toth era perfectamente legal y por ello fue atendida. Por otra parte, la embajada norteamericana informó que no encontró motivo alguno para avisar a las autoridades españolas, puesto que en su petición no había nada anómalo.

Por otra parte, las autoridades españolas informan que el jugador no ha realizado ningún acto ilegal dentro de España, pues no puede ser considerado como tal el abandono de la concentración de su equipo. Sobre su paradero no existen noticias. No está registrada su salida por ninguna frontera, por lo que se supone que podría seguir en España, en paradero desconocido.

El caso Toth recuerda el de muchos otros jugadores húngaros y de otros países comunistas que escaparon de sus clubs de origen para jugar en otros lugares que les ofrecieran condiciones más ventajosas. Curiosamente, los casos más significados han sido siempre los de jugadores húngaros.

Ladislao Kubala, hoy seleccionador nacional español, fue el que abrió camino. Tras hacerse jugador en Hungría y Checoslovaquia -jugó en las selecciones de ambos países-, escapó a Austria, en busca de mejores condiciones profesionales. Allí no llegó a jugar, pero un equipo de la Primera División italiana -el Pro Patria, ya desaparecido- le contrató, pero la FIFA le prohibió jugar, pues su ficha pertenecía al Vasas. Kubala sólo pudo jugar unos pocos partidos de exhibición con el Pro Patria y acabó recluido en un campo de concentración próximo a Roma. Al mismo campo llegaron muchos otros jugadores húngaros, checoslovacos y de otros países socialistas, que habían seguido un camino parecido, y la coincidencia de todos ellos dio lugar a la creación del Hungaria -que llevó este nombre por la mayoría de húngaros-, entrenado por Fernando Daucik, cuñado de Kubala.

El Hungaria realizó una gira de partidos amistosos por diversos paises -entre ellos España- durante el año 52, y eso hizo que el Barcelona se interesara por Kubala. Samitier, buen amigo del entonces presidente de la FIFA, Jules Rimet, consiguió que a Kubala le fuese devuelta la posibilidad de jugar de nuevo de forma oficial, y así recaló en el Barcelona, donde se asentó definitivamente. Tras el caso Kubala se arregló el de los demás componentes del Hungaria, que ficharon por diversos equipos. Otro de los húngaros del equipo, Szegedy, fichó también por el Barcelona, así como el checoslovaco Hanke.

Años más tarde, en el 56, cuando la URSS invadió Hungría, el Honved -un equipo cuajado de figuras- escapó en masa del país. Puskas consiguió fichar por el Madrid, y Kocsis y Czibor, por el Barcelona. Otros jugadores húngaros recalaron también en el fútbol español: Kacsas (Español), Kuszman (Betis), Peter y Szoka (Atlético), Szabo y Szalay (Sevilla), entre otros. Estos cuatro últimos pertenecían a la selección juvenil, a la que la invasión le sorprendió jugando un partido en Suiza.

La FIFA, ante un nuevo dilema

La FIFA tuvo entonces que adoptar la decisión de autorizar los fichajes de todos estos hombres por sus nuevos clubs, y Zoltan Toth le plantea ahora de nuevo un caso parecido, con su intención de fichar por el Stonners de Pennsylvania. La circunstancias pueden ser distintas, pero existe el precedente. La Federación Húngara tratará, sin duda, de impedir que el jugador actúe en Estados Unidos, pero éste está defendido por los reglamentos: como todo jugador húngaro o de cualquier otro país socialista, tiene registrada ficha de amateur en la FIFA; eso le da derecho a que dar en libertad de fichar por cualquier club con sólo estar un año inactivo. Podría pasar un año entrenándose con los Stonners y jugando amistosos y luego fichar ya con todas las bendiciones. Oponerse a esto supondría, por parte de la Federación Húngara, reconocer el profesionalismo que esconde. La FIFA, en cualquier caso, suele facilitar casi siempre la salida al jugador. El propio caso de Di Stéfano -escapado del River sin otras razones que las económicas, para fichar por el Millonarios, de donde le fichó el Madrid- viene a confirmar que ni siquiera resultan imprescindibles las motivaciones políticas para obtener el perdón del máximo organismo futbolístico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_