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Alarma y desconcierto en la población civil por falsas amenazas de bomba

Numerosas falsas alarmas de colocación de bombas y explosivos en puntos neurálgicos de la ciudad sembraron ayer el desconcierto y la indignación de la población civil. El terrorismo telefónico, que escogió para la ubicación de las supuestas bombas lugares como el aeropuerto de Barajas, las estaciones de Atocha y Chamartín, el Metro y el Mercado Central de Frutas y Verduras de Legazpi, entre otras zonas destacadas, lograron en ocasiones paralizar la vida ciudadana y crear notables complicaciones y retrasos entre los numerosos viajeros que ayer, día punta del año, entraban o salían de la ciudad.

Aunque, como queda dicho, todas las amenazas resultaron falsas, en casi todos los lugares se desalo aron las instalaciones. El aeropuerto de Barajas (donde explosionó una bomba el pasado 29 de julio, al igual que en las estaciones de Atocha y Chamartín, con varios muertos y numerosos heridos) fue desalojado a las diez menos cuarto de la mañana de ayer, lo que supuso que varios millares de pasajeros tuvieran que abandonar las terininales, junto con los empleados, y esperar pacientemente, durante más de hora y media en los jardines del exterior de las mismas, a que los artificieros de la Policía Nacional examinasen las instalaciones. Un fuerte atasco de tráfico se originó en las inmediaciones del aeropuerto, ya que la Policía Municipal cortó el tráfico.Se daba la circunstancia de que ayer por la mañana regresaban, a Madrid-Barajas el presidente del Gobierno y varios ministros.

Lo mismo ocurrió en las estaciones de Atocha y Chamartín, que tuvieron que ser igualmente desalojadas durante más de una hora. Los desalojos en Barajas y las dos estaciones supusieron enormes retrasos en las salidas de trenes y aviones, que fueron arrastrándose durante toda la jornada de ayer.

En las líneas I y V del Metro y en el mercado de Legazpi, tras los correspondientes desalojos, se comprobó, igualmente, que las amenazas eran falsas. En otros centros de Madrid se recibieron amenazas durante todo el día, que perjudicaron notablemente el desarrollo de la vida ciudadana.

Según una nota del Gobierno Civil, como consecuencia de las alarmas causadas, el gobernador se reunió con los responsables de la Jefatura Superior de Policía, Policía Nacional y Guardia Civil. Los asistentes a esta reunión acordaron que a partir de hoy servicios especiales de investigación, vigilancia y protección «atenderán preferente y permanentemente a la erradicación de este problema».

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