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Orantes, en evidente decadencia

Manuel Orantes, teóricamente considerado aún el número uno del tenis español, entró hace aproximadamente un año en una evidente decadencia, y sus últimos resultados, tanto en Copa Davis como en los distiritos torneos, le han colocado en la picota y le han llevado a ocupar el vigésimo quinto puesto en el Grand Prix, después de que hasta 1978 estuvo durante ocho aflos seguidos participando en el Masters, lo que no deja de ser un auténtico récord. Parece que aún tiene tras de sí la sombra de su lesión en la espalda, lo que no le-permite rendir plenamente. Escribe M. A. Calleja.

El 28 de mayo de 1978 el doctor Bestit, bajo cuyos cuidados está Orantes, hizo unas manifestacio nes a EL PAÍS en las que inten taba quitar importancia a la le sión del tenista y en las que «jus tificaba» cada actuación del ju gador: «Yo espero y quiero», dijo entonces el doctor Bestit, «que se cure del todo. Es una aspiración lógica de cualquier médico. De todas formas, no se puede olvidar la tensión a la que están someti dos estos hombres y la cantidad de partidos que disputan sin casi descanso.» Parece que esta gran actividad que, como tantos otros tenistas, lleva a cabo Orantes tie ne mucho que ver con su bajo rendimiento, ya que la falta de descanso no permite que la do lencia sea tratada debidamente y, sobre todo, no goza del amplio descanso que requiere.Manuel Orantes hizo en febrero treinta años y, en cierto modo, su postura es muy humana. El tenis mueve montañas de dólares y el jugador se resiste a dejar de participar durante algún tiempo en una serie de torneos en los que, pese a no jugar como él sabe y puede ni obtener resultados brillantes, le compensan económicamente. Es fácil pensar que Orantes piense que sus problemas de la espalda no se solucionen y quiera aprovechar al máximo la bien ganada fama que tiene, ya que la vida de un tenista no es muy larga. «Este tipo de, lesiones», confesó hace más de un año el doctor Bestit, «son muy frecuentes en los tenistas, por las características del Juego.»

La sombra de Santana

Triunfar en el tenis español llamándose Manolo no era fácil después de que dicho deporte se hiciera popular aquí gracias a aquel muchachito espigado que era recogepelotas del Club Velázquez, que se convirtió en uno de los grandes ídolos del deporte español y que paseó con gloria su nombre por todo el mundo, cosechando triutifos.

Desde que empezó, Manuel Orantes ha tenido que soportar el peso de Manuel Santana. Sin embargo, justo es decir que el granadino consiguió triunfar plenamente, hasta el punto de que su palmarés no tiene nada que envidiar al de «Supermanuel». Y viene esto a cuento porque la citada circunstancia hizo que inconscientemente se le exigiera mucho y se esperara de él casi todo.

Pero si nadie puede ya discutir el brillante historial de Orantes, tampoco se puede negar que su juego, y sobre todo sus resultados, marcan una clara línea descendente que, lógicamente, debe preocupar seriamente con vistas al futuro del tenis español, sobre todo si se tiene en cuenta que últimamente tanto Orantes como Higueras no han salido bien parados por las diferencias existentes en sus actuaciones en Copa Davis y en los torneos en donde los dólares llenan los bolsillos de los tenistas. Orantes ya pierde con cualquiera y en cualquier sitio. Nadie duda de su gran tenis, pero lo cierto es que, sin ir más lejos, acaba de perder con Gildmeister, y éste, al día siguiente, cayó fácilmente ante Higueras.

Orantes, ocho años entre los ocho mejores del mundo, debería sincerarse con su futuro tenístico. Si sus triunfos llegaron porque indudablemente en su raqueta hay un tenis de muchos quilates, resulta absurdo pensar que en unos meses se le haya olvidado, pero hay que insistir en que ahí están sus mediocres resultados, con los que el tenis español no puede ya ir pcir el mundo con la cabeza alta. Quizá por la estructura no sólo del tenis, sino del deporte español, sea más realista la actual situación, pero a nadie le gusta retroceder, y los Santana, Gimeno, Couder, Arilla, Gisbert.. lo pusieron muy caro.

Posiblemente el tenis español sea de los que más perjudicados se han visto al producirse tantos torneos no oficiales, por lo que ha perdido, en cierto modo, el control de sus jugadores. En estos momentos, por ejemplo, en la Federación Española no tienen ninguna noticia en relación con las últimas actuaciones de dos de sus tenistas: Manuel Orantes y José Higueras. No deja de ser un dato significativo.

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