El Frente Polisario controla la zona de Lebuirate
La operación de Lebuirate, «la más importante de todas las efectuadas en los cuatro años del conflicto», según el Frente Polisario, consagra una nueva concepción táctica de los saharauis, basada fundamentalmente en la utilización de un elevado número de guerrilleros y el cerco del enemigo.
La nueva embestida de esa guarnición al sur del río Draa, en territorio marroquí, dejando un saldo de «varios cientos de muertos, heridos y prisioneros, además de un impresionante lote de armas y vehículos en mano del Polisario», fue parcialmente anunciada ayer, a la espera del balance final del Ministerio saharaui de Defensa.El ataque de Lebuirate, «ocupado definitivamente el viernes», al decir de un portavoz del Frente Polisario en Argel, dejando entrever que la región estaría bajo control provisional de los guerrilleros, se produjo a menos de dos semanas del último acoso en esa misma plaza marroquí, donde el día 10 habrían muerto 92 soldados. y dieciocho quedaron prisioneros.
El breve parte del Frente saharaui precisa asimismo que los refuerzos marroquíes enviados desde el puesto de Zak, al norte de Lebuirate, nada pudieron hacer frente al poderío saharaui, debiéndose retirar en desbandada, perdiendo muchos efectivos humanos y materiales.
Aumento de la eficacia bélica del Polisario
La caída de Lebuirate, de suma importancia estratégica en la proximidad de la frontera con la antigua colonia española, a semana y media del fracaso militar marroquí en Bir Enzaran, donde habrían muerto cuatrocientos soldados y 175 fueron capturados, demuestra un considerable aumento de la eficacia de las unidades del Polisario.
Además de moverse en el desierto «como peces en el agua», los saharauis golpean en sitios diversos y con poca diferencia de tiempo entre una y otra operación, lo cual revela un apreciable control del terreno, a tal punto que numerosos observadores estiman que la reacción marroquí no podrá seguir circunscrita a las amenazas verbales, al menos por una elemental razón de prestigio internacional.
El rey Hassan II ha blandido en reiteradas oportunidades la utilización del derecho de persecución, refiriéndose a que los saharauis son meros mercenarios a sueldo de Argelia, a cuyo territorio hay que ir a buscarlos.
Luego de Bir Enzaran y Lebuirate, localidad esta que ha sido blanco de los saharauis en numerosas ocasiones, al régimen de Rabat no le quedaría otra salida que una fuerte respuesta militar o la negociación.
En dirección a la segunda posibilidad, el monarca avanzó algo el pasado domingo, sugiriendo conversaciones con Argelia, pero dando la impresión de que jamás aceptaría discutir directamente con el Polisario, cuya existencia dice ignorar.
Argelia, por su parte, que ha observado una actitud prudente, luego de la conferencia de prensa de Hassan II, respondió ayer oficiosamente, por el diario EchChaab, que si el rey quiere distensión y diálogo, deberá hacerlo directamente con el Polisario, único representante del pueblo saharaui.
El periódico afirmó que Argel no puede negociar nada que no le pertenece ni, mucho menos sentarse a discutir con quienes tienen las manos ensangrentadas por tantos crímenes, dejando entrever que sólo podría ser aceptada una gestión de mediación, y que en el supuesto que comenzara cualquier intento, será indispensable la presencia de delegados saharauis.
En medios políticos de Argel se piensa que podría iniciarse algún contacto entre los dos Gobiernos, pero a condición que en la delegación argelina figuren dos o tres representantes del Frente Polisario, fórmula que podría aceptar Hassan II, en tanto ello se deslice de manera que no lo desacredite ante la,opinión pública internacional.
El Gobierno de Ghana, por su parte, exhortó a Marruecos a retirarse del Sahara occidental, y anunció su decisión de establecer relaciones diplomáticas con la República Arabe Saharaui Democrática, lo cual aumenta a veinticinco los Estados que reconocen a la RASD, número que el Polisario espera ver superado después de la Conferencia de los Países no Alineados, en La Habana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.