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El Centro Asistencial de Drogas, un intento serio en la lucha contra la toxicomanía

La reciente inauguración del Centro Asistencial de Drogas, cuyo objetivo es el tratamiento de toxicomanías, abre un esperanzador paréntesis en la progresión de este tipo de enfermedades, directamente vinculadas al tráfico y consumo de estupefacientes. En el nuevo centro médico se presta atención gratuita a toda clase de drogadictos, con excepción de los alcohólicos, y, si bien no está capacitado para una hospitalización propiamente dicha, dispone de cuatro camas, con las que puede afrontarse cualquier problema urgente que exija un breve internamiento.

Se considera especialmente dificil la evaluación global del problema del consumo de drogas en Madrid. Las cifras de que se dispone son generalmente fragmentarias y son publicadas con ocasión del hallazgo de algún alijo, de la detención de algún grupo traficante o de la muerte de algún consumidor. Pero el simple aumento de las acciones policiales indica un agravamiento del problema y la necesidad inmediata de nuevos sistemas para resolverlo. El Centro Asistencial de Drogas fue creado con la intención de llenar un vacío entre las jeringuillas y las cárceles.En palabras del doctor Ramón Cavero, director del centro, su misión principal «es la de atender lo que podrían llamarse toxicomanías modernas, que presentan diferencias cualitativas importantes con las clásicas. Surge de la seguridad de que las pocas estructuras asistenciales de que disponíamos hasta ahora no son adecuadas. Otro de nuestros objetivos es la colaboración con distintas entidades, grupos oficiales o con personas interesadas en el problema de la droga».

El único requisito que se exige en el Centro Asistencial de Drogas es que los pacientes acudan de modo voluntario; en él no se admiten, por tanto, los tratamientos forzados. La asistencia que se presta en sus dependencias es totalmente gratuita. Asimismo, el personal encargado de las atenciones garantiza el secreto de la identidad de las personas que concurren. Los casos en los que el paciente precise una desintoxicación hospitalaria se resuelven con las cuatro camas con las que el establecimiento está dotado. Habitualmente son empleadas en tratamientos que se administran en varios días.

La periferia, paraíso de los traficantes

Las razones que impulsan hacia el consumo de drogas son complejas; difícilmente pueden encerrarse en dos palabras, aunque habitualmente se emplean los términos insatisfacción y frustración para explicar los altos índices de apetencia. Frecuentemente, los recién llegados se inician en las drogas legales, como la biodramina u otros productos de fácil acceso. Tal es el caso de Emilio, un adicto acogido en el Centro Asistencial que empezó por dicho fármaco, «hasta que un amigo me recomendó que me pasara al Bustaid. En los últimos cinco años he estado administrándome regularmente este último producto».Tampoco pueden ofrecerse reglas fijas sobre la distribución de las drogas reputadas como peligrosas o prohibidas. Según Emilio, «en Madrid se puede conseguir droga en cualquier parte, sobre todo en los pueblos periféricos o en los barrios exteriores de la ciudad. En el centro resulta más difícil, porque en esa zona la vigilancia policial es mayor. Yo la he adquirido fácilmente en Alcorcón, Móstoles, Villaverde Bajo y Leganés».

Emilio no se ha limitado a las drogas-fármaco. «Me he pinchado y he tomado LSD.» Está convencido de que el consumo se extiende de día en día y de que Madrid ofrece amplias facilidades a los adictos. «Creo que el barrio que más consume es el de Vallecas; probablemente la responsabilidad del mayor tráfico es de los enlaces. ¿Quiénes son los enlaces? Pues los encargados de dar caramelos con droga a los colegiales y de vendérsela directamente a los adultos. En el mundillo de los enlaces hay dos categorías: los de arriba y los de abajo. Los de abajo son esos que detiene la policía tan a menudo. A los otros es mucho más difícil arrestarlos.»

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