Cossiga presenta al Parlamento italiano su programa de gobierno
El Gabinete de Francesco Cossiga, que presentó ayer su programa de gobierno al Parlamento, tiene ganado de antemano el voto de investidura, que tendrá lugar probablemente el sábado próximo, pero antes tendrá que aguantar un difícil debate en ambas Cámaras.
El Gobierno, formado por el democristiano Cossiga el sábado pasado, con ministros democristianos, socialdemócratas, liberales y técnicos «del área socialista», tiene como meta principal poner fin a la grave crisis gubernamental que ha padecido italia desde la dimisión del anterior Gabinete de Giulio Andreotti, el 31 de enero, es decir, hace más de seis meses.
En la Cámara de Diputados (630 miembros), Cossiga puede contar con el voto favorable de los 262 democristianos, los veinte socialdemócratas, los nueve liberales, los cuatro populistas de Tirol del Sur y los dos representantes del valle de Aosta.
En contra suya estarán los 201 comunistas, los treinta neofascistas del Movimiento Social Italiano (MSI), los dieciocho radicales y los seis del Partido de Unión Proletaria, quienes serán los más duros en el debate iniciado en la tarde de ayer.
Además, los 62 socialistas y los dieciséis republicanos han anunciado su abstención.
En el Senado, la proporción de fuerzas es sensiblemente la misma, por lo que la orientación del debate y el resultado previsible del voto serán similares a lo que ocurra en la Cámara de Diputados.
Cossiga presentó su programa, con notables deficiencias de oratoria, pero con una honesta precisión -calificada por algunos de «burocrática»- de objetivos y reconocimiento de la fragilidad de su equipo, debida a la coyuntura política del país.
Durante una larga hora, en cada una de las Cámaras, Cossiga señaló como tareas prioritarias la lucha contra el terrorismo y una decidida política energética.
Centrales nucleares
Sobre este último tema, se comprometió a convocar este mismo año una conferencia nacional sobre seguridad en las centrales nucleares.Al reconocer implícitamente que su Gobierno no constituye una solución «definitiva» para la crisis italiana, Cossiga hizo un llamamiento a la «movilización de las fuerzas políticas y sociales» para la plena restauración de los «mecanismos constitucionales», lo que implica nuevas relaciones entre los principales partidos.
A este respecto, Cossiga tuvo palabras de elogio para los socialistas y los republicanos, que han anunciado su abstención, e incluso habló de la importancia para la democracia de la oposición del Partido Comunista.
Sobre los problemas económicos, además de lo previsto en materia energética, Cossiga prometió para antes del 31 de enero próximo un plan de saneamiento de tres años.
«Este plan incluirá», dijo, «aumentos de tarifas de servicios públicos, con el fin de sanear los presupuestos y permitir indispensables inversiones. Asimismo, habrá severas medidas de lucha contra el fraude fiscal y de reducción del gasto público.
En materia de política exterior, Cossiga reafirmó las «Iíneas tradicionales» de los compromisos de Italia a nivel europeo y atlántico, y para la cooperación con el Tercer Mundo.
Asimismo, las negociaciones con la Santa Sede para la revisión del concordato de 1929 continuarán en la línea indicada por la anterior legislatura, es decir, en el marco de la libertad de conciencia reconocida por la Constitución.
Los numerosos parlamentarios que han anunciado su propósito de intervenir en contra del Gabinete subrayaron que el programa presentado por Cossiga fue una fría relación de «cosas que hay que hacer y que nunca se han hecho», y vieron en ello un conjunto de «buenas intenciones que probablemente no lleguen a ser más que eso».
El debate fue abierto en la Cámara de Diputados, por las intervenciones en contra de Giorgio Almirante, del MSI, y de varios radicales.
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