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Once años de dictadura han arruinado a Guinea Ecuatorial

El 12 de octubre de 1968, Guinea Ecuatorial accedió a la independencia. Su presidente elegido, Francisco Macías Nguema, parecía representar la opción nacionalista y africana para el país, frente a su competidor en las urnas, Bonifacio Ondo Edu, representante de los intereses coloniales españoles. Guinea Ecuatorial tenía ante sí un futuro prometedor: un país de grandes recursos naturales, con buenas perspectivas económicas y que gozaba de una renta per capita de 260 dólares.A raíz del golpe de Estado de 1969, al parecer inspirado por los intereses políticos españoles, la situación comenzó a cambiar radicálmente. Los colonos españoles abandonaron masivamente el país, dejándolo desprovisto de técnicos y con una economía semiparalizada. El presidente Macías fue concentrando todo el poder en su persona. En 1970 creó el Partido Unico Nacional de los Trabajadores (PUNT), bajo su presidencia, y, en 1972, dotó al país de una nueva Constitución que le declaraba presidente vitalicio y le otorgaba todos los poderes. Además, el presidente se dotó de una milicia y de una Juventud en Marcha con Macías.

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Supuesto golpe de Estado contra Macías en Guinea Ecuatorial

A partir de este momento, ninguna información oficial permite establecer la verdadera situación de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, el resultado de once años de poder dictatorial es un país totalmente arruinado y sin ningún vestigio de la existencia de garantías democráticas. La población, que en el momento de la independencia oscilaba alrededor de las 300.000 personas, según datos de la oposición, en la actualidad es inferior a 100.000. Más de 200.000 guineanos habrían huido del país, y, en estos diez años, uno de cada quinientos guineanos ha muerto víctima de la brutal represión.

Amnesty International hizo un llamamiento ante la OUA, en octubre del pasado año, sobre la situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial. Los golpes de Estado de 1969 y 1976 y las múltiples conspiraciones reales o inventadas han servido de pretexto para llevar a cabo la más brutal represión. En la actualidad existen en el país unos 5.000 presos políticos y 28.000 personas condenadas a trabajos forzados. Entre los métodos de tortura aplicados por la Guardia Nacional y la Policía Nacional se incluyen los azotes con bastones y barras metálicas, el ahorcamiento con cadenas que desgarran la carne de las víctimas y, el derramamiento de aceite y, petróleo en las heridas de los presos. En la isla de Fernando Poo, hoy llamada isla Macías Nguema, más de 20.000 trabajadores de las plantaciones de cacao se encuentran en estado de esclavitud.

La oposición guineana es débil. En los últimos años han surgido varios partidos de oposición al régimen de Macías, muchos de ellos en territorio español. Los partidos más representativos son la Alianza Nacional de Restauración Democrática de Guinea Ecuatorial (ANRD), el FAN (Frente AntiMacías), el Movimiento de Liberación y Futuro de Guinea Ecuatorial (Molifugue) y la Unión Revolucionaria de Guinea Ecuatorial (URGE).

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La economía del país ha superado los límites de la bancarrota. La producción de cacao ha descendido de 42.000 toneladas en 1968 a 9.000 en 1976. El café alcanza hoy unas mil toneladas frente a las 6.400 de 1966. La superficie cultivada ha descendido en un 60% y sólo se cultiva el 20% de las fincas. Los alimentos escasean. En los últimos años, la intervención china, soviética y cubana se ha hecho presente en el país.

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