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Normalidad en el comienzo de las fiestas de Vitoria

Las fiestas de Vitoria, en honor de la Virgen Blanca, comenzaron ayer con el lanzamiento del chupinazo a las seis en punto de la tarde, con asistencia de cerca de 40.000 personas. El público coreó los gritos de «viva la Virgen Blanca», «viva Vitoria» y «Vivan las fiestas», a pesar de la advertencia de Herri Batasuna de que no se cayera en la trampa de la despolitización de las fiestas.

La citada formación abertzale había recordado en días anteriores que el «viva San Fermín» de las recientes fiestas pamplonicas había sido una maniobra de las fuerzas centristas para, con el pretexto de la despolitización, manipular unas fiestas de las que el pueblo conserva, por su edición de 1978, un ingrato recuerdo. Desatendiendo estas orientaciones, al dar las seis de la tarde y producirse el volteo de campanas, y tras el saludo, por parte del Celedón -mascota tradicional de las fiestas- al público asistente, éste coreó los gritos rituales en honor de la Virgen Blanca y a las fiestas de Vitoria.El Celedón, con su atuendo típico y un paraguas abierto, y escoltado por la guardia de honor del Ayuntamiento, colocó un pañuelo rojo en el cuello del alcalde de la ciudad, el peneuvista José Angel Cuerda, acto que también fue vitoreado, por indicar el comienzo oficial de las fiestas. Inmediatamente las bandas de música, chistularis, fanfarrias, grupos de danzas, etcétera, iniciaron el recorrido por las calles y barrios de la ciudad.

A las seis y media de la tarde, la Corporación municipal, bajo mazas, se trasladó desde el Ayuntamiento a la iglesia de San Miguel, donde efectuó la ofrenda de flores a la Virgen y asistió a las vísperas, que concluyeron con el canto de una Salve popular.

Por lo demás, la normalidad más absoluta ha reinado en esta primera jornada de las fiestas de Vitoria, a pesar del miedo que existía a que se produjeran determinadas tensiones.

El pasado 25 de julio, con ocasión de la fiesta de los blusas (mozos que animan las fiestas), ya se exhibió una pancarta de la asamblea pro amnistía.

Por otra parte, los doscientos ciclistas que componen la columna «Gladys del Estal», de la marcha antinuclear, hicieron su entrada, en la noche del viernes, en Vitoria, con plena armonía. Varios centenares de personas les recibieron y les acompañaron a través de la ciudad hasta un parque de la zona sur, donde se iba a celebrar un festival hasta la madrugada.

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Los antinucleares no estarán, sin embargo, en Vitoria para la hora del inicio de las Fiestas, ya que en la mañana de ayer siguieron su marcha hacia Lemóniz.

El gobernador civil de Alava, Ezequiel Jaquete, con sólo dos semanas en el cargo, ha autorizado todo lo que se atiene a la normativa sobre orden público, sea de cualquier matiz u orientación, tal como anunció poco antes de su toma de posesión.

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