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La RF de Alemania tiende a la reducción de la presión fiscal directa

Por tercer año consecutivo, la ya tradicional discusión veraniega sobre la política fiscal de la RF de Alemania ha entrado en su fase plenaria. En los dos años últimos el tema fue algo más que un pasatiempo veraniego: sendas correcciones fiscales resultaron de la discusión. Como también en este año, la tónica es la de reducción de la presión fiscal directa.Los aumentos de precios en los productos petrolíferos -el mercado es aquí libre de intervención estatal- va a producir un agujero en la demanda privada prevista para el año próximo de unos 5.000 millones de marcos. Actualmente, las cuentas de calefacción están siendo enviadas a los inquilinos con recargos tales que se ha producido inmediatamente una contracción de negocios en el mercado de servicios turísticos. A la vista de las cuentas, muchos alemanes han decidido renunciar a sus vacaciones en el extranjero. La situación determina dos conductas: algunos sectores sindicales han reelaborado su estrategia, para intentar recuperar una parte del poder adquisitivo de los asalariados, engullido por la calefacción y gasolina. Los grupos políticos, y en particular la oposición, han elevado la voz pidiendo desgravaciones fiscales inmediatas.

La organización regional del metal en Baden-Wuerttemberg ha visto denegada por la central federal su demanda de autorización para renegociar las primas de empresa. Su cálculo consistía en intentar obtener a nivel de factoría un aumento de las primas respetando los convenios colectivos salariales.

El ministro de Finanzas, Matthoefer, ha prometido un aligeramiento fiscal para 1981. Hasta entonces desea consolidar las finanzas públicas, aprovechando las entradas fiscales crecientes. La oposición y las Cámaras de Comercio e Industria han formulado declaraciones pidiendo un aligeramiento para el año próximo. Por otro lado, se intenta reducir con medidas diversas el consumo energético en los medios de locomoción. Así, los planes para construir 3.300 kilómetros de autopistas hasta 1995 han sido tachados y en parte sustituidos por carreteras normales. Los medios de transporte colectivo van a recibir nuevas ayudas.

La tasa anual de aumento de precios al consumo era a mitad de julio del 4,6 %. Para final de año se calcula que puede llegar hasta el 6 %. El salto actual en un mes de 0,7 puntos es atribuido en buena parte al aumento del impuesto de circulación (umsalzsteuer) y naturalmente a los precios del petróleo y sus derivados. El ministro de Economía, el liberal Lambsdorff, es objeto de crítica por su pasividad ante la política de precios de las multinacionales del petróleo. En las gasolineras que dependen de ellas la bencina ha subido cinco céntimos de marco en cuatro semanas, rebasando la marca mítica del marco por litro. Simultáneamente, las gasolineras libres, que se abastecen directamente a precios aún mayores en el mercado de Rotterdam, han entrado en la zona de bancarrota.

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