Ha dimitido el director del Festival de Teatro de Avignon
El director del Festival de Teatro de Avignon, Paul Puaux, presentó su dimisión el pasado 1 de agosto, ante el alcalde de esta localidad, por razones profesionales-personales, concretamente, «para no servir de freno al desarrollo del festival y para dar paso a su renovación mediante la intervención de nuevas ideas en el mismo».Esta decisión ha causado gran sorpresa en los medios que habitualmente siguen el festival, que este año celebraba la edición número 33, con sesiones que habían comenzado el pasado 15 de julio. El señor Puaux, que llevaba al frente del festival de teatro más importante de Francia desde 1971, permanecerá, no obstante, como director del Consejo Cultural de la ciudad de Avignon y como animador de la Casa Jean Vilar.
El señor Puaux no da a su dimisión un carácter de protesta contra el hecho de que este año el festival no haya sido financiado por el Estado y el Ayuntamiento, como en anteriores ediciones, sino que ha sido financiado con fondos extranjeros. Los espectáculos que se han presentado este año han sido producidos por el taller de teatro de Louvain-la-Neuve. Entre estos espectáculos han destacado los presentados por la compañía del director teatral británico Peter Brook, al frente del Centro Internacional de Creación Teatral. Era la primera vez que Peter Brook acudía a este tradicional festival. Por su parte, el director checo Otomar Krejca dirigió dos reposiciones: Lorenzaccio, de Alfred de Musset, y Esperando a Godot, de Samuel Beckett. También se presentó la agrupación de Ariane Mnouchkine con Mephisto, espectáculo basado en la novela de Klaus Mann.
Paul Puaux, miembro del Partido Comunista francés, amigo -según los críticos- de todas las tendencias jóvenes y renovadoras (por ello, entre otras razones, ha causado extrañeza su dimisión) ha mantenido el festival de Avignon en medio de unas condiciones difíciles, sobre todo, porque disponía de muy poco dinero para su organización. Esta carencia de medios económicos la había suplido con su autoridad moral.
En una conferencia de prensa, en la que explicó las razones de su dimisión, el señor Puaux admitió implícitamente que Arlane Mnouchkine sería un buen sucesor al frente del festival de Avignon, pero no quiso entrar en las razones profundas que le habían llevado a la dimisión, dimisión que, según algunos observadores, puede terminar con el festival, dado que, entre otras cosas, no tiene las subvenciones oficiales suficientes.
Paul Puaux estaba de alguna manera unido al festival desde la fundación de éste, en 1947, en cuyo equipo entró ese mismo año como encargado de relaciones públicas, y en 1971, a la muerte de Jean Vilar, fundador del festival, ocupó la presidencia.
Babelia
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