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Acción y reacción

Tras el titubeante inicio que supuso la sesión del martes, la pasada tanda se erigió en una de las más interesantes para los estudiosos del mercado de los últimos tiempos.Efectivamente, como apuntábamos en nuestro comentario de hace una semana, la sombra de la reac ción técnica se proyectaba con notable claridad sobre el parquet. Lo que quedaba por dilucidar era cuál sería el argumento bajo el que se encajara el anómalo comportamiento del mercado y justificase el brusco cambio en las posturas de aquellos profesionales que, habiendo sido vendedores hasta la jornada anterior trocasen sus posturas y pasasen a manifestar una firme confianza en el futuro inmediato del mercado.

En esta ocasión le tocó la «china» al Estatuto vasco. Así, la publicidad de la conclusión de las negociaciones sobre un estatuto-marco para Euskadi, entre representantes de la Administración y de la representación parlamentaria vasca moderada, llevó al mercado, en especial al bilbaíno, a generar avances espectaculares, mientras se echaban las campanas al vuelo y se insistía una y otra vez sobre la importancia trascendental que tal hecho (?) tenía para el mercado de valores.

El movimiento de réplica no se hizo esperar, y el jueves las tres Bolsas aparecían con abundante papel. Sobre el origen de éste se desataron los más variopintos comentarios, aunque hasta él momento no hemos oído que nadie inculpe a la formación política vasca disidente del pacto de haber sido quien surtiese tan generosamente de órdenes de venta las mesas de los agentes mediadores. Y es que, a pesar de todo, la Bolsa tiene su lógica; el pequeño y mediano inversor, a base de recibir palos, va aprendiendo. En las circunstancias actuales, quien quiera vender títulos normalmente tiene problemas, pues las partidas compradoras son a diario harto insuficientes. Así, pues, hay que aprovechar reacciones corno la del miércoles para intentar materializar sus títulos, despreciando los posibles beneficios.

Esto, que podríamos calificar de contrarreacción, vino a dar la razón a quienes mantenían que otra de las muchas cosas a cambiar dentro del mercado son los sistemas tradicionales de estímulo, pues estas reacciones técnicas, antaño muy eficientes, hoy no sólo no atraen nuevas órdenes compradoras, sino que incluso sirven para desempolvar deseos vendedores desechados por irrealizables.

Las dos últimas sesiones de la tanda tuvieron, por tanto, un marcado acento vendedor, que si no resultó más acusado fue porque buena parte de los habituales que habían tomado posiciones el martes se vieron sorprendidos el jueves y no consiguieron realizar.

Por tanto, a las subidas de los bancos sin dinero y al cierre ligeramente más entonado del viernes hay que seguirlos muy de cerca e, incluso, resultaría prudente contar con algún posible movimiento especulativo de carácter técnico, en un futuro no muy lejano.

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