Más de millón y medio de barriles, vertidos en el golfo de México
En la zona petrolífera más rica de México, uno de los pozos perforados, el Ixtoc 1, arde desde el 3 de junio de este año. Una mancha de 180 kilómetros de largo por ochenta de ancho y veinte centímetros de grosor avanza irremediablemente por las aguas del golfo de México. El oro negro se ha vuelto esta vez un ácido negro que corroe la vida, la flora y la fauna marinas de una zona privilegíada por la naturaleza como uno de los bancos pesqueros más ricos del mundo.
El Ixtoc 1 derrama desde esa fecha 30.000 barriles diarios de petróleo pese a los esfuerzos de los técnicos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para controlarlo. Incluso ha cursado invitaciones a técnicos noruegos para tapar la boca del yacimiento que se encuentra a 3.267 metros de profundidad.Hasta el momento, por informaciones escuetas de Pemex, completadas con versiones extraoficiales, se asegura que el especialista norteamericano Paul Adair, apodado el bombero rojo, trató en vano de reparar el desperfecto el 25 de junio y después el miércoles 4 de julio. Al día siguiente del segundo intento, funcionarios de Pemex informaron que las posibilidades de controlar pronto el pozo íncendiado, taponándolo, «eran muy remotas».
La otra forma de poder controlarlo es mediante la perforación de pozos direccionales de alivio. Este procedimiento llevará otros sesenta días, por lo menos. Hasta la fecha se llevan perforados 1.600 metros en el pozo A y doscientos en el pozo B. Para controlar el yacimiento se necesita perforar 3.000 metros.
En Arabia Saudí se produjo, el año pasado, un caso parecido al de México. Un pozo incendiado en el mar tardó aproximadamente ocho meses en ser controlado.
Los trabajos técnicos para poner bajo control el yacimiento se han visto alterados en varias ocasiones por el mal tiempo y fuertes corrientes marinas. Mientras tanto, la fuga continúa, y hasta se prevé que si no se detiene pronto la mancha cubriría hasta los litorales norteamericanos de Texas y de Luisiana. Entre tanto, cientos de peces muertos, arrastrados por el mar a las costas de Campeche y Tabasco, han causado alarma entre los pescadores. La producción de camarón ha bajado considerablemente, de 650,163 kilogramos en mayo, a 546.646 en junio. De otras especies ha ocurrido algo parecido. Los pescadores temen que los precios bajen y que se adopten medidas restrictivas en las importaciones, principalmente de Estados Unidos.
La Sociedad de Cooperativas Pesqueras e investigadores del Centro de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han coincidido en que de no detenerse la mancha de crudo derramada por el Ixtoc 1, los daños causados al mayor estuario de América «serán irreparables» y se desplomará la pescalen el golfo de México. Y es que e Ixtoc 1, que arde desde hace 48 días, ha lanzado ya al mar algo así como millón y medio de barriles de petróleo.
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