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Todas las fuerzas políticas vascas, en el homenaje al socialista Ramón Rubial

La fiesta-homenaje a Ramón Rubial, que se celebra hoy en el parque de atracciones de Bilbao, contará con, la participación de Felipe González, Tierno Galván, Rafael Escuredo y Joan Reventós, entre otros dirigentes socialistas, y la asistencia de concejales, parlamentarios y representaciones de las bases del PSOE de todas las nacionalidades y regiones del Estado español.También han confirmado su presencia en la fiesta, tras la invitación cursada por el Partido Socialista de Euskadi (PSE), el presidente del Consejo General Vasco, Carlos Garaicoetxea, y el secretario del Partido Comunista, Roberto Lertxundi, además de dirigentes de Euskadiko Ezkerra.

Honestidad y modestia

«Si me hubieran consultado hubiera dicho que no. Hay otras cosas que hacer. Ramón Rubial, a quien se rinde homenaje hoy en Bilbao, no es muy amigo de los grandes gestos, ni de- la retórica, ni de los homenajes. Mi presencia en el Consejo General es la presencia de todos los que han vestido mono, como yo», dijo nada más ser elegido primer presidente del organismo preautonómico vasco, en febrero de 1978.El azul mahón del mono de metalúrgico ha sido el color habitual de Ramón Rubial desde que, a los catorce años, comenzó a trabajar en un taller de su Erandío natal. Aquel mismo año - 1920- se afilió al sindicato de aprendice, rama del metal, de UGT. Dos años después recogía su primer carnet del PSOE. «Durante mi juventud», ha declarado, «fui un ferviente partidario de la insurrección. Hoy pienso que el socialismo sólo vendrá por la vía democrática. »

En octubre de 1936 estuvo al frente del levantamiento de Erandio, en solidaridad con la revolución de Asturias. Conoció la cárcel de Larrínaga, en Bilbao, a la que volvería en junio de 1937, al caer Bilbao. A partir de entonces, y durante diecinueve años consecutivos, recorrió todas las cárceles y penales del país. Con una leve interrupción en 1945, cuando, estando en situación de obrero-recluso, se fuga de la Babcock-Wilcox, adonde había sido asignado, siendo detenido dos días después en Oyarzun, al intentar pasar la frontera. El 23 de agosto de 1956, a los cincuenta años, es puesto en libertad.Desde entonces ha combinado su trabajo en un taller mecánico de Deusto con las actividades clandestinas en el aparato del PSOE. «Durante muchos años», recuerda, «todos los fines de semana nos íbamos Enrique Múgica y yo a visitar las agrupaciones del partido en toda España, llevando la propaganda camuflada en el coche. »

Desde 1957 hasta el congreso de Toulouse, en 1972, Rubial, miembro de la ejecutiva, es considerado como el principal dirigente del partido en el interior. En 1974 participa en cl congreso de Suresnes, en el que Felipe González entonces sólo Isidoro- es elegido secretario general. Dos años después, el XXVII Congreso -primero en la legalidad- le proclama presidente del PSOE. Desde junio de 1977 es vicepresidente del Senado, tras ser elegido en las elecciones del 15 de junio senador por Vizcaya. En febrero del año siguiente se convierte en primer presidente del CGV, puesto que abandona el 10 de junio de este año. « Siento la emoción y el gran honor de ser investido presidente», declara Carlos Garaicoetxea al asumir el cargo bajo el árbol de Guernica, «porque me toca suceder a Ramón Rubial, hombre de trayectoria dificilmente igualable, ejemplo de fidelidad y sacrificio a unos ideales-, figura humana ante la que, lógicamente, me siento empequeñecido.»

Ramón Rubial, al que todos los partidos, amigos o enemigos, reconocen una honestidad fuera de duda, es, probablemente, el dirigente vasco actual más respetado por las diversas fuerzas políticas y, sobre todo, es quizá el único político actual en el que no se hace evidente que el ejercicio de la modestia no es una penosa obligación, sino algo tan consustancial a él como su desprecio por el protocolo, las grandes frases o las corbatas.

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