La cosa está tergiversá
En un grito nos tienen; en un grito, que si cae el Skylab o no cae, que si nos sobreviene Suárez, cuerpo astral, en su tercer año de silencio. A ver si el Skylab, hombre, pasa por la Vaguada, cae por esa parte y ya no hay más que hablar.Si el Skylab deja un rastro de azufre y contaminación en la Vaguada, Tierno y Tamames no tendrán que responder de compromisos heredados (ahora que tanto se habla de los sueldos municipales, nadie cuenta que Tierno no va a aceptar un duro por ser alcalde, y lo va a dejar todo para que el que venga detrás arree y ahorre). Si el Skylab ameriza en el mar de los Sargazos de UCD, que es la Vaguada, los ucediarios (que ejercen de ucedé a diario en el Ayuntamiento) no tendrán que denunciar a los rojos el mogollón que ellos mismos les han pagado con la corona de latón de San Isidro Labrador, y Tierno podrá gastarse los millones de marcodólares alemanes en invitarme a anís escarchado, indemnizar a los franceses y mejorar un poco tanto daño como hicieran los arespacofranquistas, dejando el Gran Madrid del Arriba dominical, con prosa lírica de García Serrano, en un Madrid humano y vividero.
Pero la cosa está tergiversá. Lo ha dicho Lola Flores, en el tercer año triunfal de Suárez, y a mí me parece el diagnóstico más certero, más claro y más español de cuantos se han dado con tal motivo: Tarradellas ha opinado en catalán, que es la lengua adversaria y masacrada. Felipe, en andaluz, dejándoselo todo entre las zetas, por si acaso. Carrillo, en eurolisto. Fraga no sabe, no contesta. Pujol nos coloca unos párrafos. Y Rojas Marcos, otros (los sucursalistas hablan cantidad) Blas Piñar confunde a Suárez con Enrique de Trastámara, cuando todos sabemos que Suárez es Luis de Baviera, solo entre los cisnes de la Moncloa, escuchando con un oído a Wagner y con el otro a Abril Martorell.
Y en este plan. El portavoz de la secretaría de información de UCD dice que informa desde la secretaría de portavoces de UCD, lo que leído del revés sale José Meliá. Camacho y Redondo hablan del sobre, como siempre, que es lo suyo. A Joan Miró parece que le cae Suárez. Con los artistas nunca se sabe. Chillida lo ha dicho en abertzale (y para eso le colgamos el piedro en la puente), Avalos se queja en nombre de los Caídos, Nuria Espert lo ve positivo, Mingote habla en serio, puesto que las encuestas no se cobran, y sólo Lola, doña Lola Lazo, entre otros muchos que me callo, ha dicho lo que tenía que decir alguien en este país, de una maldita vez, y que sólo ella, sibila de la tribu con pretensiones que es España, podía decir:
-La cosa está tergiversá.
También ha dicho que tiene pena-penita-pena por lo que está pasando, pero eso ya es liturgia para sus fieles, más allá de la mera informática, que es lo nuestro.
-Hace falta tener mucha fe en Dios y esperar, porque nuestro país no se merece esto.
Ver bailar a Lola es tan hermoso como ver correr las fuentes de La Granja. Pero Lola, como las fuentes de La Granja, cuando mejor corría era el 18 de julio, que Franco daba agua, azucarillos y aguardiente a la democracia orgánica.
Por eso ahora dice doña Lola que la cosa está tergiversá. Tan tergiversá que parece que Olarra viene pilotando el Skylab, desde la guerra de los mundos, para estrellarlo contra la Caja Municipal de Ahorros de Bilbao, que son unos etarras, y seguir luego viaje hacia Colombia, donde, desde hace mucho, tiene curros, curres y currantes, a más de los dos mil parados que deja en Bilbao, todos fanáticos de la Zarzamora / Petenera, y que a estas horas se dicen como ella, perdidos en las Siete Calles, bajo el sirimiri de letras del Estatuto: «Si es que no puede ser, si es lo que dice la Lola, si es que la cosa está tergiversá.»
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