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Inminente liberación del ex presidente argelino Ben Bella

Ahmed Ben Bella, un nombre que durante los últimos catorce años no se ha pronunciado públicamente en Argelia, primer presidente de la Argelia independiente y el prisionero más célebre de este país, se convertirá hoy en un hombre libre, al ser adoptada oficialmente la medida más espectacular de clemencia del nuevo régimen argelino. Un breve despacho de la agencia oficial argelina de prensa lo anunció, a las 20.00, hora de Argel, sin pronunciar el término «liberación» y especificando que la decisión coincide con el diecisiete aniversario de la independencia.La población de Argel, que había recibido la noticia a través de radio y televisión, no manifestó emoción alguna, con la rara excepción de algunos automovilistas que hicieron sonar intermitentemente sus bocinas por las calles más céntricas. La imagen del liberado no apareció en las pantallas de los receptores ni hubo comentario oficial alguno.

Se supone, sin que haya habido todavía confirmación, que el matrimonio (Ben Bella se casó hace años con una periodista y adoptaron dos niños) se instalará en un apartamento modesto que tienen alquilado en Argel, antes de tomarse una temporada de descanso. Las raras personas que pudieron visitarle en el chalet donde se encontraba bajo vigilancia, a unos 150 kilómetros al oeste de Argel, afirman que este hombre de 63 años ha adquirido los trazos de una persona envejecida prematuramente, aunque se mantiene en buen estado físico.

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La liberación de Ben Bella cierra una etapa de la historia argelina

(Viene de primera página)

La decisión de ponerlo en libertad fue tomada por los dieciséis hombres del Buró Político del FLN (Abdelaziz Buteflika no se hallaba presente) en una reunión ordinaria. Por decisión de esta instancia, no se desea que el gesto aparezca como una medida personal del presidente Chadli Bendjedid, aunque el dirigente argelino era uno de los más directos partidarios de la clemencia, sino como una acción concertada que se limita a ratificar la voluntad expresada por Huari Bumedian poco antes de su muerte.

Desde comienzos del año pasado se había examinado en las altas esferas del país la posibilidad de hacer más pasadero el cautiverio de Ben Bella, hasta llegar progresivamente a su liberación, que debía coincidir con el congreso ordinario del FLN previsto para fines del verano. La enfermedad inesperada de Bumedian obligó a modificar esos planes, aunque el fallecido presidente ya había dado muestras de querer realizar el gesto decisivo, convencido de que a los trece años del «reajuste revolucionario» de junio de 1965 Argelia se había transformado política y socialmente lo suficiente como para considerar que la liberación de Ben Bella no ocasionaría un desborde popular ni representaría un peligro para la continuidad del régimen.

Uno de los jefes históricos de la rebelión argelina, Ben Bella, ha pasado las dos terceras partes de su vida encarcelado, desde la prisión de Blida a la penitenciaría de la isla de Aix, en Francia. En 1965, al ser detenido, De Gaulle, Nasser y Fidel Castro intervinieron en su favor ante Bumedian, sin lograr otra promesa que la de que se respetaría la vida del prisionero.

Su detención fue justificada por Bumedian, en unas declaraciones hechas el 10 de octubre de 1965, porque había impedido la constitución de un partido de vanguardia, sobre las bases socialistas verdaderas ... ; había bloqueado toda tentativa de reforma radical de la Administración ... ; alejado y liquidado los elementos militantes que participaron activamente en la revolución y permitido a los elementos oportunistas el acceder a puestos de responsabilidad y favorecer su enriquecimiento personal en detrimento del pueblo. »

Bumedian reprochaba a Ben Bella el haberse rodeado de una pleyade de « revolucionarios de mesa camilla», europeos y latinoamericanos, que actuaban como sus consejeros personales y «querían realizar en Argelia la revolución que no tenían el valor de hacer en sus propios países»

Tahar Zbiri, uno de los coroneles encargados de arrestar a Ben Bella en la noche del 19 de junio de 1965, posteriormente implicado en un complot contra Bumedian; el comandante Ait Mellal, quien intentó asesinar a Bumedian, y los demás participantes en esa última conspiración fueron puestos en libertad recientemente o se les ha permitido regresar a Argelia desde el exilio. Ferhat Abbas, antiguo presidente del Gobierno Provisional Argelino (GPRA) y otros jefes históricos que criticaron la acción personal de Bumedian vieron hace unos meses suspendidas las medidas de residencia vigilada y tan solo a Mohamed Budiaf, dirigente del llamado Partido de la Revolución Socialista, quien reside voluntariamente en París y critica duramente las orientaciones del nuevo régimen, no se le permitirá, sin duda, el volver a este país.

La liberación de Ben Bella cierra una etapa en la historia de Argelia y permite suponer que las esperanzas que se mantenían aquí en torno a la liberalización del régimen se verán confirmadas paulatinamente. El presidente Chadli, apoyado sólidamente por las Fuerzas Armadas, parece haber logrado imponer sus puntos de vista sobre la fracción más intransigente del partido único, aunque esta última reconoce ahora que el propio Bumedian ya tenía planificada la liberación de su antiguo rival, poco antes de su muerte.

El régimen argelino se esforzará ahora, seguramente, por demostrar que la liberación de Ahmed Ben Bella no conmociona en sus cimientos a un país y a una revolución que se han instalado sólidamente y que, según los términos oficiales, «es capaz ahora de sobrevivir a los hombres y a los acontecimientos ... »

Un símbolo de la "Argelia libre"

La nueva situación del prisionero Ben Bella acaparaba anoche el primer puesto de la actualidad francesa y se valoraba como un síntoma claro que desembocara en su libertad total, informa nuestro corresponsal en París. Aún está en la memoria de todos los franceses la tragedia que significó la descolonización de Argelia y, si el fallecido presidente Bumedian llegó a convertirse en el interlocutor normal de las difíciles relaciones franco argelinas, Ben Bella continuaba siendo el símbolo de la lucha por la Argelia libre que concluyó en 1962, en tiempos del general Charles De Gaulle, con los acuerdos de Evian.

Las primeras reacciones tras la noticia que informaba sobre la inminente liberación de Ben Bella estiman, por lo que se refiere a su persona, que «se ha liberado a un fantasma, al menos para las nuevas generaciones, aunque para quienes vivieron la guerra de la independencia continúa siendo un símbolo, y para la Historia, el primer presidente de la República Argelina».

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