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El PSOE explica su enmidenda a la totalidad de la ley Castejón

El Grupo parlamentario Socialista convocó ayer una conferencia de prensa para presentar su enmienda a la totalidad del proyecto de ley de cultura física y deportes. En el curso de la misma, se hizo hincapié en que «no se trata de una enmienda de carácter testimonial, sino de una alternativa real a la cuestión deportiva, de un contraproyecto».Pero Bofill y Miguel Angel Martínez, que cargaron con la mayor parte del peso en la conferencia de prensa, expusieron que este contraproyecto «está inspirado en una filosofía distinta del deporte que la que ha animado a quienes elaboraron el proyecto de. ley». Esta filosofía la resumieron en tres puntos: a) ruptura con el concepto de que el deporte es un mundo aparte, cerrado a su contexto sociocultural y proclive a la creación de minifundios del poder; b) reforzamiento del asociacionismo deportivo, a fin de insertar de una forma natural el deporte en su contexto; c) aprovechamiento máximo del factor educativo del deporte, tanto en el plano individual como en el colectivo.

Miguel Angel Martínez explicó que este contraproyecto o alternativa había sido preparado por el PSOE con bastante tiempo con vista a cualquiera de estas tres posibilidades: a) que el partido ganara las elecciones y llegara al Gobierno, con lo que necesitaría un proyecto de ley del deporte; b) que el PSOE no ganara las elecciones pero que el partido en el poder no presentara un proyecto de ley sobre el deporte, con lo que el PSOE presentaría su proposición de ley; c) que el partido en el poder preparara su proyecto de ley, en cuyo caso el elaborado por el PSOE quedaría como elemento de comparación para sugerir las consiguientes enmiendas. Llegado a este punto, Miguel Angel Martínez -como antes Pedro Bofill- fue duro con el proyecto de Castejón: «No es enmendable porque no sirve ni para eso.»

Entre los defectos principales señalados en el proyecto de Castejón los miembros del Grupo parlamentario Socialista señalaron su falta de interés por la educación física, «más que abordar el tema lo despeja», y «el continuismo que propone de una situación actual, bunkerizada y fracasada. Propugna un no intervencionismo en el mundo de las federaciones.

El contraproyecto del PSOE propone una descentralización general del deporte, con atribuciones a los ayuntamientos, municipios, diputaciones -mientras dure la vigencia de éstas- y entes autonómicos; la financiación a cargo de los Presupuestos del Estado; la creación de una asamblea deportiva; y la colocación de las federaciones en su papel de entes privados, asociaciones de clubs que deben funcionar de forma autónoma y con unas limitaciones.

En la conferencia de prensa se puso de manifiesto la preocupación por la financiación del deporte: «Es preciso más dinero para conseguir una situación deportiva decorosa». Respecto a la forma de gastar este dinero, se mostraron partidarios de invertir más en el deporte popular que en el de élite. Respecto a éste, se dijo que «es una decisión política la de la cantidad de dinero a invertir en el deporte de élite. Es una forma de cultivar el prestigio de un país, y las directrices más o menos sociales del Gobierno son las que deben señalar si merece más la pena gastar el dinero en tener figuras o en ensanchar la base de practicantes; el PSOE, por supuesto, se preocupa más por esto último. En último caso no sería un disparate disponer, por ejemplo, que fuera el Ministerio de Asuntos Exteriores el que cargase con los gastos del deporte de élite, puesto que se trata de una especie de escaparate del país ante el exterior».

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