Los países del Mercado Común facilitan las vacaciones de sus ciudadanos
Los ciudadanos de los países de la Comunidad Económica Europea, como los ciudadanos de tantos otros países, se disponen a salir de vacaciones y a seguir incrementando, en mayor o menor medida, la tesis de que el turismo es uno de los principales resortes económicos de este continente. Los habitantes de los países comunitarios tienen una tendencia creciente a pasar sus fronteras, y mientras uno de cada cinco franceses pasa las vacaciones fuera de su país, los alemanes siguen siendo los más grandes viajeros, aunque ya no sean, necesariamente, los que más se aflojan los bolsillos.
En el período de 1970 a 1973, los europeos venían, sobre todo, a España, y después a Italia, Grecia y los países del Próximo Oriente. Entre 1974 y 1976 cambiaron sus preferencias, y acudieron sobre todo a Grecia, quedando por detrás en sus preferencias Italia y España. El hecho de que los habitantes de los países comunitarios viajen bastante no quiere decir que se gasten grandes cantidades de dinero. Los finlandeses ven cómo últimamente se les llenan los bosques de alemanes occidentales en tiendas de campaña, mientras los franceses empiezan a acudir a las costas africanas, a países baratos y con necesidad de promocionar su turismo. Es la eterna historia de los campings y las roulottes, que tan bien conoce España; la historia de las caravanas minúsculas llenas de latas de conserva que en un espacio mínimo pueden llevar a un matrimonio belga, padres de familia numerosa, o la realidad de ese turismo de zapatilla que llegaba hace unos años a los sanfermines, entraba en una panadería con un duro en la palma de la mano y preguntaba qué le podían dar por aquello.Según un informe publicado en Le Monde en junio de 1978, casi un 60% de los franceses prefieren pasar sus vacaciones en la playa, pero sentía la necesidad de salir fuera de su país: España era su primer punto de destino, con casi dos millones de visitantes, seguida de Italia -un millón-, los Estados del Magreb -647.000 veraneantes-, y las Islas Británicas, con 62 1.000 franceses. Según estadísticas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), los países que registraron mayores aumentos de entrada de divisas en 1977 fueron Italia, que incrementó sus ingresos del año anterior en un 88%, Japón, que aumentó el 36%; el Reino Unido, el 31%; España, el 30 %, y Suecia, el 26 %.
Dada la afición viajera de los ciudadanos del Mercado Común, la Comunidad Económica Europea se ha preocupado de reglamentar una serie de aspectos que pueden afectar a los viajantes. Según informa la agencia Efe, los beneficiarios de un seguro oficial en su país de origen podrán percibir en otro de la CEE las mismas prestaciones que los habitantes del país visitado, con un solo requisito: que se provean en su lugar de origen de un certificado que acredite su inscripción en la Seguridad Social u otro seguro oficial, excepto en el caso de que su destino sea Gran Bretaña, donde no es preciso.
El reglamento de gastos médicos es igual en Francia, Bélgica y Luxemburgo: el paciente paga el total de los gastos de médico y farmacia y luego le son reembolsados en su país. En Dinamarca, República Federal de Alemania, Irlanda, Gran Bretaña, Holanda e Italia, los servicios médicos son gratuitos, sin necesidad de adelantar nada, a condición de hacer uso de la medicina convencional. En Irlanda y Holanda también pueden conseguirse los medicamentos de forma gratuita.
Para paliar los problemas de comprensión idiomática, la CEE ha autorizado a todo su personal sanitario para que pueda ejercer en territorio de los nueve.
En el caso de los coches y otros medios de transporte, se ha eliminado la exhibición de la carta verde de seguro -medida a la que se han adherido Suiza y los países nórdicos-, y las compañías de seguros se han comprometido a cubrir los riesgos de todos los automóviles. Asimismo, se está estudiando la expedición de un permiso de conducir comunitario.
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