ETA reivindica el atentado de la central nuclear de Lemóniz
La muerte del trabajador Angel Baños en el atentado contra la central nuclear de Lemóniz es atribuida por ETA, que reivindicó ayer la acción, a «motivos imprevisibles que no alcanzamos a comprender». ETA asegura en su comunicado que el artefacto conteniendo treinta kilos de explosivos fue colocado «de forma cuidadosamente planificada en previsión de posibles riesgos para la integridad física de los operarios», por lo que considera «absurdas y demenciales» las condenas de «ciertos partidos políticos», como el PNV.
Por su parte, un portavoz de Iberduero, por cuya cuenta se construye la planta de Lemóniz, ratificó la voluntad de la empresa de proseguir los trabajos y de reforzar, si fuera necesario, las medidas de seguridad existentes en el interior de la obra.La nota de ETA asumiendo la responsabilidad de la colocación del artefacto precisa que «se puso especial atención en las llamadas telefónicas de advertencia con objeto de dar credibilidad a la acción y evitar desenlaces ajenos a nuestra voluntad». De ello deduce ETA que su acción no debe considerarse «realizada a la ligera o de forma irresponsable, sino asegurando el contenido y las consecuencias tanto políticas como técnicas de la intervención armada».
El escrito arremete posteriormente contra el PNV, a quien acusa de «aprovechar cualquier eventualidad para condenar a ETA», mientras que «sin embargo, esquiva el problema fundamental, las causas originales que han provocado la existencia de hechos de esta naturaleza». A juicio de ETA, esas causas serían, entre otras, «la imposición en Euskadi de unos planes energéticos nucleares que, desautorizados por la opinión popular, responden a una política antidemocrática y antivasca de opresión imperialista y explotación salvaje desencadenada por el pueblo español contra el pueblo trabajador vasco».
Ayer no se trabajó en la planta de Lemóniz, con motivo de la jornada de luto declarada por Iberduero. Por este motivo, tampoco avanzaron las investigaciones de los técnicos de la empresa encaminadas a evaluar los daños materiales causados por la explosión. Una fuente de Iberduero insistió, sin embargo, en calificar de «no muy graves» dichos daños, que se espera puedan estar reparados en un par de semanas o menos. Por otra parte, y ante el comunicado del comité de empresa de Lemóniz urgiendo la celebración de un referéndum sobre la aceptación o no de la central por el pueblo vasco, la misma fuente reiteró la postura de «acatar cualquier decisión tomada por las instancias competentes». Insistió, no obstante, en el carácter «necesario» de la opción nuclear, «que no corresponde al capricho de Iberduero, sino a la insuficiencia de otras fuentes de energía».
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