El carbón y el átomo proporcionarán el 75% de la electricidad europea en los años ochenta
Ahorrar consumo energético, aumentar el 25% la producción de carbón, utilizar el carbón y el átomo para el 75% de la producción de electricidad y preparar una nueva generación de automóviles que consuman menos gasolina, son los objetivos prioritarios para la próxima década de los años 80, presentados por el responsable de la Comisión Europea en el sector energético, el alemán Guido Brunner.
«En 1977, el Mercado Común ahorró el 8% de consumo de energía, gracias a las medidas de control del consumo», declaró Brunner. Esta política debe continuar, a la vista de la delicada situación energética que sufrirá Europa en los próximos diez años y la carrera cada vez más aguda que disputarán los países hacia las fuentes de energía. «Actualmente faltan más de dos millones diarios de barriles de petróleo en el mercado internacional», dijo el comisario europeo para la energía, penuria que estimula los movimientos especulativos de las compañías petrolíferas en el mercado libre de Rotterdam, cuyos precios, ahora en baja, se mantienen por encima de los treinta dólares/barril, contra los quince oficiales decretados por los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).Guido Brunner fue parco en detalles sobre una estrategia común de los países de la CEE, destinada a controlar mejor la actuación de las compañías que controlan el mercado de distribución del petróleo en Europa. Dejó el polémico tema para el Consejo de Ministros de Energía de la CEE, que se reunirá en Luxemburgo el próximo martes día 19 de este mes. No ocultó, sin embargo, que la Comisión pretende cifrar semanalmente las evoluciones entre la oferta y la demanda de petróleo en Europa, con estrecha cooperación con las compañías petrolíferas, a fin de conocer con detalle los movimientos entre la oferta y la demanda. « Es necesaria una mayor transparencia de mercado», afirmó Brunner. ¿Cooperarán las compañías? «Está en su propio interés», añadió (no sin cierto optimismo) el comisario europeo.
«Para equilibrar la situación de penuria y alza de precios energéticos, la CEE tendrá necesidad de un programa de inversiones anuales del orden de los 50.000 millones de dólares, de aquí a 1990, principalmente en el sector nuclear», según el señor Brunner. Fondos que, no oculta, habrá que conseguir a través de precios más altos al consumo, medidas fiscales y ayudas estatales.
Al margen de los proyectos de «objetivos energéticos para 1990 en materia de economía de energía» presentados por la Comisión, el tema del petróleo continúa dominando la escena política internacional.
La CEE espera un próximo contacto directo con la OPEP, hecho que no recibe el visto bueno de Estados Unidos. Algunos países de la OPEP amenazan con formar una «lista negra» de compañías petrolíferas que exageran en sus tradicionales movimientos especulativos con el «oro negro»
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