_
_
_
_

El destino de los impuestos

«( ... ) En este mes de junio de 1979 los españoles vamos a pagar a la Hacienda pública más que nunca. En cifras individuales, por la elevación de los tipos o escala impositivos y por el añadido del impuesto sobre el patrimonio. En cifras relativas, porque padecemos un elevadísimo grado de inflación -que reduce a modo impresionante el poder adquisitivo real de unos nominalmente elevados salarios- porque continúa la crisis económica nacional y porque, además, la cascada tributaria nos sigue echando encima los impuestos indirectos, las deducciones de la Seguridad Social, etcétera.Pagamos más que nunca. Pero a cambio, ¿cuánto recibimos? Aunque dejemos a un lado -¡que ya es dejar! - el incremento de los gastos dedicados a mantener las plantillas, nada parcas, de los funcionarios públicos, centrando la atención en los bienes o servicios a que nos da derecho, al menos en teoría, el pago de los impuestos, la conclusión es decepcionante. Recibimos, a cambio, menos que nunca.

Del orden público y de su inmediata y obligada traducción en seguridad ciudadana, en protección a personas y cosas, vidas y haciendas, más vale no hablar. De las obras públicas -que podrían ayudar al intento de la reactivación económica- tampoco puede decirse nada que no se refiera a su paralización total o parcial. Y ¿qué decir de la enseñanza gratuita, aun descontadas las debidas subvenciones a los colegios privados? ¿Qué más añadir, cuando se advierten por doquier insuficiencias y regresiones en las inversiones públicas? ( ... )»

, 10 de junio

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_