La ganadería de Julio Aguirre
En los carteles de toros debe figurar el hierro de la ganadería que se anuncia, como se ha hecho durante muchos años en Madrid, hasta la llegada del nuevo empresario, Diodoro Canorea.Con la novillada de Julio Aguirre, penúltima de San Isidro, hubo una gran confusión, pues este ganadero no figura en el libro oficial de ganaderías, y aunque algunos sabían que hace pocos meses compró la de Antonio Fernández de León, las reses que saltaron a la arena no tenían el hierro de esta casa, sino el antiguo de Ramos Paul.
La historia es esta: en 1978, la ganadería de Julio Aguirre, comprada anteriormente a José Luis Núñez (hierro Ramos Paúl), sufrió los efectos de una fuerte riada, en la que perdió numerosas cabezas. Casi todo el resto del ganado lo vendió a los señores Millán, Risote y Fernández, de Castellón, quienes lidian con el nombre de Cetrina, y se reservó varios machos. Causó baja en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, pero en marzo de este año compró la ganadería de Fernández de León, y, como consecuencia, solicitó su reingreso en la Unión, que le fue concedido. Posteriormente vendió una novillada para Madrid y lo que trajo fue parte del resto de machos que llevaban el hierro de Ramos Paúl. Esta es una explicación propia de un programa oficial, que no se entiende por qué ha desaparecido en Las Ventas.
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